La Casilla se pone guapa para Europa
Europe Cup, 20 horas ·
El Bilbao Basket regresa a la casa que le vio nacer, sometida a los últimos retoques y preparativos antes del partido de este miércoles contra el Balkan búlgaroLa Casilla ha tenido tres últimas veces con el Bilbao Basket de protagonista, y resulta que ninguna de ellas ha sido la definitiva. El 30 ... de abril de 2009, el pabellón se despidió de la ACB con una paliza propinada por los hombres de negro al Fuenlabrada (86-60); año y medio después, concretamente el 15 de septiembre de 2010, el club organizó un amistoso frente al Khimki como homenaje oficial a la casa que le vio nacer antes de su mudanza a Miribilla; y el Mundial júnior de bádminton disputado en noviembre de 2016 obligó a la plantilla a regresar de forma puntual al parqué de la vieja dama en la Eurocup, con el conjunto moscovita de nuevo como rival, último encuentro oficial en el que hubo un poco de todo –hasta expulsiones por conatos de agresión– y del que los vizcaínos salieron calentitos (72-91). ¿Fin de la historia? Pues no. Este miércoles se encenderán una vez más los focos de una instalación mítica para alumbrar un choque europeo entre el Surne y el Balkan búlgaro (20 horas). Una iniciativa que conmemora el cuarto de siglo de vida de una entidad fundada en 2000.
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Todo partió de la idea de uno de los empleados de la franquicia de Miribilla, que tuvo su traslación a una cancha que este martes estaba afanada en su puesta a punto, con EL CORREO de testigo. La Casilla se ponía guapa para su penúltimo baile, de salón, como en los viejos tiempos, cuando hablaba el lenguaje del ruido y olía a baloncesto. También a tabaco y alcohol, ingredientes eliminados hace años de los recintos deportivos, adaptados a los nuevos tiempos. Se pulían los últimos detalles con la mirada puesta en el estreno continental de los hombres de negro y al cielo, porque las previsiones hablan de precipitaciones y vientos huracanados de 120 kilómetros por hora durante la celebración del choque. Los encargados del mantenimiento han repasado una y otra vez el tejado del pabellón para asegurarse de que no caiga ni una gota de agua a la pista. «Hemos hecho todo el trabajo preventivo posible. De hecho –aseguraron–, habrá gente pendiente todo el rato da la cubierta».
Abrir de nuevo las puertas de La Casilla ha supuesto muchas horas de trabajo. Había que actualizar la instalación, acondicionarla para acoger un partido de baloncesto de la FIBA con miles de personas en las gradas y trasladar bastantes elementos de Miribilla. Se bajaron las canastas y los cubos –aparatos que se colocan encima del tablero y dan el tiempo de la posesión–, las banderas y el material de animación, se tiró el cableado, se pusieron los focos e incluso se pintó la cancha entre el viernes y el domingo pasados. Y anoche se volvieron a repasar algunos detalles para que todo quedara perfecto. La zona se coloreó de rojo, como la camiseta que llevará el Surne.
El equipo llegará en Bilbobus
Porque los hombres de negro recibirán al Balkan vestidos de rojo, un diseño exclusivo que rescata el color de la ropa con la que fue envuelto el Bilbao Basket al nacer. Hay más. La plantilla y el cuerpo técnico llegarán en un Bilbobus eléctrico a La Casilla, que después de todos los trabajos de acondicionamiento será limpiada a fondo. Sobre todo la pista, donde este martes se estaban fijando los vinilos de la FIBA Europe Cup. Siguen los cuatro marcadores de siempre, dos en los fondos y dos en los laterales, y uno de ellos estaba revisado después de que una tormenta eléctrica lo dejara 'tocado' hace unos meses. Los operarios lo habían bajado para arreglarlo y dejarlo perfecto.
Los vestuarios están listos –también predomina el rojo– y la antigua sala de prensa quedó reconvertida en un espacio reservado para la práctica de pilates. Se despejará una vez terminadas las clases y volverá a acoger las intervenciones 'post partido' de los dos entrenadores y un par de jugadores de Surne y Balkan. Antes de que el balón vuele por los aires, el Bilbao Basket rendirá un pequeño homenaje a Patrick Sáenz de Ugarte, un jugador histórico de la entidad y uno de los artífices del ascenso logrado en 2004 en León. Recibirá una camiseta personalizada y el aplauso de un club y de una afición que no le olvidan.
Así que ocho años después del último encuentro oficial, el Bilbao Basket regresará al lugar en el que empezó todo. Más antiguo y a punto de desaparecer, de ser demolido y convertido en polvo de estrellas, ofrecerá otro servicio a los hombres que vuelven a ser rojos. Cuenta con 4.600 butacas listas para acoger a los aficionados que quieran ver al Surne jugar contra Balkan, Kutaisi georgiano y Prievidza eslovaco. Y si todo va bien, el club estudia extender su presencia en La Casilla también en la segunda fase del torneo. Más madera para una instalación cuyas paredes hablan. «Qué os habéis tomado para volver a jugar aquí», dijo alguien al Surne cuando se planteó en serio un último baile. Rieron. Y se pusieron a trabajar.
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