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Era el momento que todos esperaban. La explanada del Ayuntamiento se ha teñido de negro. Una marea de 5.000 almas que la ha convertido en Miribilla. Toca celebrar. La ansiada Europe Cup, el primer título europeo de un Bilbao Basket que está de fiesta. Las primeras veces tienen algo especial porque nunca se repiten. Por pura lógica. Y jugadores y afición exprimen esa grata sensación de sentirse campeones desde la balconada.
Fue el capitán Xavi Rabaseda el encargado de brindar la copa a la afición nada más llegar en autobús al edificio consistorial. Con gafas de sol y bufanda al cuello, alzó el trofeo al cielo. Brillaba. La afición enloqueció. Comenzó a saltar, a jalear, a ondear banderas y encender botes de humo. «¡Bilbao Basket! ¡Bilbao Basket!», aullaban miles de almas con los puños en alto.
Tras ese primer momento de euforia, el alcalde Juan Mari Aburto (PNV) dio la bienvenida a la plantilla, toda ella engalanada con una camiseta de negro para la ocasión. Todos posaron en la escalinata con el trofeo. Una foto para la historia del baloncesto vizcaíno. Ya tocó subir a la balconada mientras sonaba el 'We are the champions' de Queen. Y se descorchó la fiesta.
Tras los discursos protocolarios, tocó asomarse a la balconada. El polaco Tomasz Gielo tomó la iniciativa como maestro de ceremonias. Se dejaron la voz con los habituales cánticos de Miribilla como «somos los hijos de Jaume Ponsarnau», el «campeones, campeones»... Entre todos, se pasaron el micrófono para celebrar juntos su gran triunfo. No falló ningún jugador, ni tampoco miembros destacados del staff como Javi Salgado.
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