Consiguió ayer el Bilbao Basket sacar rendimiento máximo a su doble jornada consecutiva como local. Ayer fue Burgos y la semana pasada Fuenlabrada. Dos victorias ... muy importantes para asentar al equipo en este complicado inicio de competición. Pese a que en ambos partidos los tanteos finales han sido muy parecidos, la victoria de ayer deja una imagen de equipo más sólido y con un rendimiento más constante durante los 40 minutos, lo que significa un paso adelante muy importante de los de Álex Mumbrú.
Triple
Muy divertida primera mitad la que pudimos ver ayer en Miribilla. Los dos equipos saltaron a la cancha con idea de demostrar su capacidad anotadora, sobre todo desde la larga distancia. Con el triple como principal arma ofensiva, el Bilbao Basket abrió las primeras distancias en el marcador. Y usando la misma herramienta los visitantes le dieron la vuelta para terminar el primer cuarto por delante. Volvió a empezar el segundo cuarto con un Bilbao Basket desatado desde el triple, y con cuatro seguidos firmaron un parcial de 12-2 que sentó las bases de la victoria. No tanto por la ventaja en el marcador, aún corta para todo el tiempo que restaba, pero sí por las buenas sensaciones que transmitía el equipo en esos momentos.
Destacados
Tras el descanso, se esperaba la comparecencia de Benite en las filas burgalesas. Tras 20 minutos sin anotar, su calidad y facilidad para asumir responsabilidades en los minutos decisivos le convertían en la máxima amenaza de la defensa bilbaína. Pese a sus 16 puntos en la segunda mitad, sus porcentajes estuvieron por debajo de lo habitual y por ahí comenzaron los problemas de los visitantes. En el bando local es complicado destacar a un solo jugador, cuando las estadísticas ilustran la enorme labor del grupo. Sin duda merece todos los elogios el despliegue físico de Delgado, que no por habitual deja ser reseñable. Dobles figuras en puntos y rebotes que equilibran en cierto modo a un equipo con tantos recursos ofensivos exteriores como este Bilbao Basket. También muy destacable la labor de Hakanson, muy consistente a lo largo del partido tanto en la anotación como en el reparto de asistencias a sus compañeros, y que además anotó el último triple que puso la guinda a un último cuarto en el que los de Mumbrú tomaron mejores decisiones que su rival.
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