Agustín Ubal: «Cuando me cantan 'uruguayo, uruguayo' se me pone la piel de gallina»

Perteneciente a la cantera del Barcelona, este uruguayo de 19 años y 198 centímetros se siente «muy contento de estar en Bilbao, me tratan espectacular. La gente acá es muy cálida, me siento como en casa. Estoy disfrutando de todo lo que me sucede día a día, es una experiencia increíble. Trato de absorber todo lo que se me presenta jugando, entrenando, compartiendo equipo con profesionales... A ver si después de esta temporada termino mejorando como jugador y como persona».

Ubal lanza halagos a la afición vizcaína y se siente muy querido como una parte de los hombres de negro. La gente, cuando pisé la pista, me dio mucho cariño. En los partidos y fuera de los partidos. Aquí estoy muy cómodo. Cada vez que me cantan 'uruguayo, uruguayo' en la pista a mí se me pone la piel de gallina. Me dan más ganas de a la siguiente jugada tirarme de cabeza a la pelota porque así siento el baloncesto. La verdad es que es fantástico cuando se dan esos momentos en los partidos».

A su juicio, el duelo contra el Nymburk es «distinto a los anteriores». Ubal lo tiene claro. Puede ser una ocasión para «afianzar a ciertos jugadores que quizás no tienen tanta rotación y, asimismo, dar rotación a los jugadores más importantes del equipo. Dar descanso a los que tienen muchos minutos y alguna sobrecarga». También asegura que cada vez que sale a la cancha, al igual que el otro joven de la plantilla, Ignacio Rosa, trata de ser «sólido, darle al entrenador confianza. Hay días que salen las cosas y otros que no, pero tratamos de aportar al equipo los minutos que estemos en la pista».

El exterior sudamericano cree que sus compañeros y él mismo «estamos muy sólidos, muy comprometidos con los conceptos de Jaume (Ponsarnau) y de todo el staff técnico. La confianza que tienen los jugadores es muy importante. Estamos todos en la misma línea, todos tiramos para el mismo lado. Esa es la clave».

«Siempre he sido muy descarado, desde pequeño me gustó hacer lo que quizás algunos no se animan. A mí me gusta, con la pelota, hacer lo que hago siempre, más allá de la situación que sea y del rival que tenga. Trato de jugar como yo juego, sin presiones ni nada. A veces me salen las cosas, a veces no, pero esa es mi personalidad, no le tengo miedo a nada. Trato de disfrutar cada vez que agarro la pelota», se define a sí mismo un jugador tan sincero como sorprendente y atrevido. A pesar de su osadía, es consciente de que debe mejorar en «solidez defensiva», aunque no le falta buen tiro, iniciativa, capacidad física, dotes de mando y visión de juego.