Acero puro para el juego interior
El ala-pívot nigeriano Moses Kingsley afronta su primera temporada como hombre de negro con hambre de «ganar y aprender»
Gorka Seco
Martes, 1 de septiembre 2020
Moses Kingsley era el último refuerzo del Bilbao Basket que faltaba por presentar en sociedad. El ala-pívot nigeriano impone. Con 2,08 metros de estatura y 2,18 de envergadura, Kingsley se perfila como uno de los jugadores referencia del nuevo proyecto bilbaíno. De hecho, el club se fijó en él para sustituir a todo un Emir Sulejmanovic, que hizo las maletas en verano para recalar en el Iberostar Tenerife.
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Intimidación, mucha defensa, tiro exterior y, sobre todo, rebote. Con prototipo de interior atlético, también es un jugador muy intenso y móvil, con capacidad de poner muy buenos bloqueos y finalizar con calidad los pick and roll. Pero, especialmente se considera «un jugador de equipo, haré lo que el equipo necesite. Mi rol no es importante, lo importante es ganar».
El nigeriano formado en EEUU ya ha pasado por numerosas experiencias baloncestísticas en su corta carrera. Y es que a sus 25 años tiene veteranía tanto en las grandes ligas americanas como europeas.
Comenzó su periplo profesional en la Universidad de Arkansas, donde permaneció un ciclo completo de cuatro años. Empezó siendo el recambio del NBA Bobby Portis y, una vez éste dejó la liga universitaria, Kingsley explotó en su tercer año, promediando 15,9 puntos y 9,3 rebotes. Estuvo tentado de presentarse al draft de ese verano, pero decidió retirarse y volver a Arkansas para cumplir su año senior.
«La liga universitaria americana es muy similar en cuanto al ritmo de partido. Se corre mucho arriba y abajo, y esto me ayuda a adaptarme. Pero, la gran diferencia es que aquí se juega con muchos más sistemas. El juego es más táctico y es muy importante la colocación, los espacios y saber donde hay que estar. Estoy dispuesto a aprender y competir en la ACB», explicó el ala-pívot.
«Soy un jugador de equipo, haré lo que se me pida. Mi rol no es importante, quiero ganar»
Tras un cuarto año más modesto, el nigeriano no fue elegido en el draft de 2017 y, después de probar en las ligas de verano con los Wolves, decidió dar el salto a Europa firmando por el Antwerp Giants belga. Su año de debut en el profesionalismo fue brillante. Pero una lesión de rodilla cortó parcialmente su progresión. No pudo debutar hasta bien entrada la campaña y sus números fueron más modestos (7.5 puntos y 5.3 rebotes).
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La pasada temporada firmó con el Peristeri, donde ha ocupado el puesto que dejó libre el que fuera hombre de negro Ben Bentil. Cambió parte de su juego y ha ido probando cada vez más suerte desde el exterior y alternando ambas posiciones interiores.
Experiencia en Europa
Kingsley ha disputado en dos ocasiones la Champions League, en la que el Bilbao Basket será debutante esta próxima temporada. «Espero poder ayudar al equipo y a mis compañeros con mi experiencia en Europa. He estado los últimos años jugando la competición europea, jugué el Top 16 el año pasado y la final 4 hace dos», añadió.
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Por el momento se está encontrando bien y con capacidad de aprender y mejorar a las órdenes de los entrenadores. De hecho, el nigeriano ya había coincidido con algunos de sus actuales compañeros anteriormente. «En la universidad jugué contra Aaron Jones y Jaylon Brown. También conocía a Álex Mumbrú. He oído hablar mucho de él y es una de las razones principales por las que he venido aquí», razonó.
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