Los 150 aficionados que empujaron al Bilbao Basket hacia la victoria en la ardiente cancha del PAOK

Colocados en una esquina, protegidos por la policía helena con escudos y cascos, el centenar y medio de personas que se han dirigido a Salónica no quieren hacer el viaje el balde. Se han dejado la garganta en la grada. Y se han llevado el premio gordo: la Europe Cup de la FIBA. Las bufandas al viento y los aplausos tomaron la grada para llevarse la copa a Bilbao.

Por la mañana han disfrutado de turismo, han visitado la ciudad helena y dos horas antes del encuentro, se han dirigido al escenario de la final. Este último proceso del día se ha desarrollado entre grandes medidas de seguridad para evitar incidentes entre ambas hinchadas.

Por cierto, los locales no dejan animar desde 90 minutos antes del encuentro. Y algunos de ellos, como ocurrió en Bilbao, se quitaron muy pronto camiseta.

Los vizcaínos, siempre escoltados por la policía helena, disfrutaron durante la primera mitad, gracias al buen juego de los hombres de negro. Gritaban, chillaban, disfrutaban... Eran felices cada vez que venían el marcador.

Aunque algunos no se lo creían y se llevaban las manos a la cabeza. Nunca, so sí, paraban de animar. «Jo ta ke irabazi arte», gritaban con la renta vizcaína disparada los aficionados del Bilbao Basket. Cada vez que se escuchan los cánticos de la grada visitante, los hinchas del Paok responden con una sonora pitada.

En los últimos minutos, cuando los locales se pusieron por delante, los bilbaínos no perdieron la esperanza. Había nervios sí, pero los hinchas vizcaínos siempre mantuvieron la fe.