Los 101 segundos que sobraron al Bilbao Basket
Contracrónica ·
A falta de 1'41 para el final y con el 72-76 en el marcador, el Surne falló los cuatro triples intentados, un tiro libre, perdió un balón y solo anotó un puntoEl Surne llegó a los últimos dos minutos del partido con ventaja en el marcador. No mucha, pero ventaja al fin y al cabo. Era ... el escenario adecuado para un equipo que lleva ya más de diez meses sin ganar a domicilio en la ACB, desde que atropelló al Leyma Coruña el 28 de diciembre de 2024 (79-100) con aquella exhibición del ahora 'universitario' Rubén Domínguez: 35 puntos y un ocho de diez en triples. Si alguien hubiera planteado a jugadores y cuerpo técnico del Bilbao Basket, incluso a sus aficionados, que a falta de 1'41 para el final del choque iban a ir ganando en Manresa de cuatro todo el mundo hubiera firmado con los ojos cerrados. Y en esas estaban los vizcaínos, con el 72-76 en el marcador con 101 segundos por jugarse, cuando los plomos comenzaron a fundirse bajo el peso de las malas decisiones y tiros fallados que privaron a los hombres de negro de un triunfo que hubiese sido justo por sudado y trabajado.
Luke Petrasek anotó para volver a poner al Surne cuatro arriba cuando faltaba un minuto y 41 segundos para el final de un encuentro que el Bilbao Basket peleó con defensa y corazón. El americano fue asistido por Hlinason, quien se multiplicaba para tapar las vías de entrada a sus dominios. El técnico del Manresa, Diego Ocampo, retiró a Olinde y puso a Steinbergs en la pista. Una manera de detener el choque por un instante y dar un poco de aire a los suyos. A partir de ese momento, casi todo lo que hicieron los hombres de negro les salió mal y dejaron que se les escapara una victoria que tenían en la mano. Terminó en el casillero de los catalanes, que se alimentaron del error ajeno y supieron atacar con calma y acierto, justo lo que faltó en el bando de la franquicia de Miribilla.
Sin acierto
Desde aquella canasta de Petrasek, el Surne falló los cuatro triples intentados –dos veces Hilliard y otras tantas Frey, el último de ellos sobre la bocina que hubiera significado la victoria–, perdió un balón –Hlinason– y erró un tiro libre con el 76-77 en el marcador. Hilliard metió el primero y se le salió el segundo, lo que permitió al Manresa buscar un lanzamiento de dos sin necesidad de correr riesgos desde el perímetro convertido por un inspirado Hugo Benítez. Antes del acierto del francés, Golden puso a dos a los suyos y luego empató a 76. Quedaban 48 segundos. El galo hizo falta sobre Hilliard y el alero solo subió un punto en el luminoso, por cierto, el único del equipo en el 1'41 final. Por su parte, los catalanes hicieron siete.
Olinde fue a la línea de castigo y anotó uno de los dos tiros libres. 79-77. Tiempo muerto de Ponsarnau para preparar la jugada decisiva con cinco segundos por jugarse. Tiempo suficiente para ir a Alaska y volver. El balón acabó en las manos de Frey, cuyo triple lejano lo escupió el aro; final cruel para un Bilbao Basket que había merecido mejor suerte pero cayó víctima de sus propios errores. Los números del cuarto cuarto están ahí: 2 de 12 en triples, 5 de 8 en lanzamientos de dos –un excelente 63%–, 1 de 3 desde los 4,60 y tres pérdidas. Pero más allá de las cifras, lo que falló fue la manera de jugar ciertas acciones en los momentos de la verdad.
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