Mascotas y tercera edad, un vínculo importante contra la soledad

Convivir con animales de compañía durante la senectud, puede acarrear beneficios para la salud física y mental

Miércoles, 14 de septiembre 2022, 13:54

Siempre se ha dicho que los animales son, en muchos casos, la mejor compañía. Compartir la vida con un gato o un perro es una opción cada vez más escogida por los ciudadanos, independientemente de su edad. Pero existen ciertos beneficios que no hay que pasar por alto cuando hablamos de convivir con una mascota pasados los 55 años. Y es que dan innumerables alegrías y nos obligan a salir a la calle varias veces al día. Un gesto que contribuye a nuestro bienestar físico, pero que también se convierte en una forma de luchar contra el sentimiento de soledad que se encuentra encerrado entre las cuatro paredes de muchos hogares españoles.

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Un animal requiere tiempo. Nada nuevo bajo el sol. No se trata de un peluche, sino de un ser vivo que va a necesitar unos cuidados mínimos que van más allá de proporcionarle alimento o condiciones dignas en una casa. Por eso la primera pregunta a la que uno se debe enfrentar llegado a una edad es: ¿Estoy en condiciones de hacerme cargo de una mascota? No sería la primera vez que algún familiar -seguramente en un impulso por animar a los mayores de la casa- aparece con un cachorro entre los brazos. Bien es cierto que un nuevo compañero de vida puede reducir el sentimiento de apatía, sobre todo en aquellas personas de edad avanzada que viven solas. Pero hay que tener en cuenta nuestras limitaciones a la hora de incorporar un nuevo inquilino a nuestra rutina.

Sin embargo, los beneficios que trae consigo compartir la vida con un perro o un gato son muchos si estamos dispuestos a asumir el trabajo que conllevan. La pandemia demostró en buena parte de las casas con inquilinos peludos que salir a pasear unos minutos al día es un privilegio del que no todo el mundo puede disfrutar. Pero fuera de las obligaciones que traen acarreados, caminar durante un rato al día con nuestras mascotas puede evitar que nos abandonemos a una rutina sedentaria. Gabriella Tami, doctora en Veterinaria, enumera en un artículo para la Fundación Affinity algunos de los puntos positivos que hay en hacerse con un perro o gato: «La compañía de los animales palia el sentimiento de soledad, estimula la comunicación, favorece el contacto físico y las demostraciones de afecto, además, estimula la memoria, y la atención».

Escoger mascota según las capacidades de cada uno

Unido a esto, Tami añade que «adoptar un animal de compañía obliga a observar unas rutinas diarias para cuidarlo, asearlo, jugar, alimentarlo, y en consecuencia, hacerse cargo de uno mismo». Ventajas que, en caso de que se goce de unas capacidades normales no debería suponer problema alguno. Aunque la doctora avisa de que «En los casos de movilidad reducida es conveniente adoptar un gato debido a la característica de sus cuidados».

Sea como fuere, el principal aliciente para valorar meter a una mascota en casa es precisamente paliar ese sentimiento de soledad, que puede provocar estados depresivos en muchos mayores al sentir que no tienen a nadie con quien compartir la vida durante la vejez. El ritmo de vida de las mascotas empuja a la vida social a sus dueños, aunque esta se traduzca en meros paseos. Pero incluso ahí, siempre surgen conversaciones con otros paseadores de perros o animan en un día de sol a alargar el tiempo en la calle junto a los compañeros de cuatro patas.

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No obstante, cabe hacer de nuevo hincapié en el hecho de que es indispensable elegir una mascota que se adapte a nuestras capacidades en cada momento, así como atender a la raza y el tamaño del animal que queramos meter en casa, para evitar problemas a futuro. Y, por supuesto, preguntar al interesado si está conforme, que no sería el primero al que le meten un perro en casa sin estar del todo seguro.

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