En 2035 tres de cada diez personas tendrán más de 65 años... ¿estamos preparados?
El sector de cuidados especializados a mayores reclama más apoyo para atender al millón de usuarios que necesita personal cualificado
Esta escena se repite en muchos hogares españoles con demasiada frecuencia: una persona que se encuentra en excelentes condiciones psíquicas, pierde el equilibrio y se va de bruces contra el suelo. Levantarse y salir de esa situación puede convertirse en una tarea más complicada de lo que parece. Las fuerzas, a ciertas edades, flaquean y cuando uno vive solo, este episodio puede convertirse en un problema importante. Es entonces cuando el accidentado echa mano de una medalla roja colgada a su cuello. En ese momento, un trabajador del sistema de teleasistencia se pone manos a la obra para localizar al usuario y activar los protocolos necesarios según el caso para tratar de ayudarle en el menor tiempo posible. Como decíamos, este no es un hecho aislado, ya que este tipo de situaciones aumenta cada año y están a la orden del día.
Cada vez somos más mayores y no parece que el relevo generacional vaya a bajar de forma drástica el envejecimiento actual de la población. Si en la actualidad los mayores de 65 años representan casi el 20% (19,6) del total de la sociedad española, en algo menos de 15 años, esa cifra se elevará casi siete puntos y alcanzará el 26,5%. Es decir, que para el año 2035, casi tres de cada diez personas superarán esa edad. Como consecuencia de ello, el número de personas dependientes o que requieran una atención enfocada a sus necesidades también crecerá y en el sector de cuidadores ya alertan de que faltan profesionales que puedan llegar a todos esos mayores.
Según datos del centro de formación profesional a distancia CEAC, en España a día de hoy más de un millón de personas son dependientes. Y una de las herramientas que pueden contribuir a prestar atención a estos mayores son los servicios de teleasistencia. En Bizkaia, la Diputación dispone, por ejemplo, del servicio BetiOn, que en el último año ya ha superado los 60.000 usuarios. Pese a la existencia de este tipo de ayudas, Pilar Meler, consultora académica de CEAC, invita a mejorar el sistema incorporando más profesionales.
Geolocalizadores o detectores de caídas
Una de las alternativas que se plantea de cara al futuro para reforzar esta demanda de personal es el refuerzo de la teleasistencia, herramienta que permitiría no únicamente hacer un seguimiento, sino también detectar de forma previa patrones de comportamiento o físicos que alerten sobre posibles estados de salud desfavorables para el paciente.
Si tenemos en cuenta que actualmente, el 43% de las personas que viven solas son mayores de 65 años, la medallita roja que permite pedir ayuda en caso de necesidad es una forma de aumentar la sensación de seguridad en todo este sector poblacional. «El aumento del número de personas mayores requerirá de forma indispensable un incremento del número de personas cualificadas para realizar estos cuidados que, además de reforzarse en la teleasistencia, podrán también contar con otras «age-tech», como tecnología auditiva y de sensores, interfaces de voz, sistemas de geolocalización o detectores de caídas, entre otros», explican desde el centro formativo.