Los niños que pasan hambre pagan los platos rotos de la guerra de Ucrania, la pandemia y la sequía
Unicef alerta del aumento de desnutrición aguda grave: la subida de precios a causa de la guerra y la crisis derivada de la pandemia disparan el coste de los tratamientos alimentarios que se aplican para luchar contra la desnutrición
«Incluso antes de que la guerra en Ucrania pusiera a prueba la seguridad alimentaria en todo el mundo, los conflictos, las crisis climáticas y la COVID-19 ya estaban causando estragos en la capacidad de las familias para alimentar a sus hijos», señala la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. El último informe publicado por la organización, titulado 'La desnutrición aguda grave: la emergencia olvidada de la supervivencia infantil', alerta de que la financiación mundial para salvar a los niños y niñas que sufren desnutrición aguda también está amenazada.
«El mundo se está convirtiendo rápidamente en un polvorín de muertes infantiles evitables y de niños que sufren desnutrición aguda», afirma Russell. Las cifras de la entidad señalan que al menos 10 millones de niños con desnutrición aguda grave (dos de cada tres que padecen este problema) carecen de acceso al tratamiento más eficaz contra esta lacra, es decir, los alimentos terapéuticos listos para usar. Se trata de sobres con una pasta que cubre la ingesta necesaria de nutrientes elaborados a base de de una mezcla de cacahuetes, azúcar, aceite y leche en polvo. Unicef explica que los principales factores que han agravado esta problemática están directamente relacionados con la guerra en Ucrania, la crisis derivada de la pandemia de coronavirus que ha puesto en jaque economías de diversos países y las sequías que afectan a numerosos estados.
Ante este panorama, la organización adelanta que la subida de los costes de materias primas provocarán un aumento de los alimentos terapéuticos listos para usar se traducirá en un aumento del precio que alcanzará el 16%. Lo que «podría dejar a 600.000 niños más sin acceso al tratamiento que salva vidas. También se prevé que los costes de envío y distribución sigan aumentando», avisan en un comunicado.
«Para millones de niños cada año, estos sobres de pasta terapéutica suponen la diferencia entre la vida y la muerte. Un aumento del precio del 16% puede parecer aceptable en el contexto de los mercados alimentarios mundiales, pero al final de esa cadena de suministro hay un niño desesperadamente desnutrido, para quien lo que está en juego no es en absoluto aceptable», explica Russel. La desnutrición aguda grave afecta en el mundo a al menos 13,6 millones de niños menores de 5 años y está detrás de una de cada cinco muertes de este grupo de edad.
Asia meridional concentra el grueso de los casos, «ya que aproximadamente 1 de cada 22 niños la sufre, el triple que en África Subsahariana. Y en el resto del mundo, los países afrontan tasas históricamente altas de este tipo de desnutrición». Las sequías que están proliferando a causa del calentamiento global, no tener garantizados los servicios de agua de calidad y saneamiento son factores que elevan los números.
Unicef indica que «la ayuda mundial destinada a acabar con esta lacra sólo representa el 2,8% del total de la Asistencia Oficial al Desarrollo (AOD) del sector sanitario y el 0,2% del gasto total en AOD». Para reducir la desnutrición grave aguda, el organismo dependiente de la ONU, propone que «los gobiernos aumenten la ayuda en al menos un 59% por encima de los niveles de la AOD de 2019», así como que los estados «incluyan el tratamiento de la desnutrición aguda infantil en los planes de financiación de la salud y el desarrollo a largo plazo», entre otras medidas. La presidenta de Unicef avisa que «hay muy poco tiempo para reactivar un esfuerzo mundial de prevención, detección y tratamiento de la malnutrición antes de que esta situación sea muchísimo peor».