Vildoza, a plena potencia en el Baskonia
El argentino explota su energía como base de acción directa y su capacidad anotadora como escolta camuflado cuando comparte cancha con Huertas
Con 23 años y en su segunda temporada en Europa, Luca Vildoza muestra ese perfil sugestivo de jugador aún imcompleto pero con una confianza ... cada vez más fortalecida para asentarse en un entorno de máxima competitividad como el del Baskonia. Quizás haya cuestiones técnicas y de conocimiento del juego que que son aún asignaturas pendientes, pero nadie puede negar el el descaro y la valentía del argentino, que dio en su día un salto sin red desde la competicion liguera de su país natal a primera línea del conjunto azulgrana. Sin pasos intermedios ni un destino previo de cesión donde foguearse.
A la espera de que la experiencia afiance su progresión, Luca Vildoza es ya un referente en el Baskonia. En el tercero de sus cuatro años de contrato como azulgrana, cumple los planes del propio club vitoriano, desde donde siempre se le asignó un papel protagonista de cara a la presente temporada, incluso cuando quedaba rezagado en la rotación de bases cuando Pedro Martínez estaba al mando. Al final, los problemas físicos de Jayson Granger han terminado de completar un nuevo ascenso del argentino. Ahora, promedia 20 minutos por partido, con 8 puntos, 3 asistencias y 8 de valoración en el cómputo de la competición doméstica y la Euroliga. El valor de sus números es relativo. Su verdadera importancia se centra en ser uno de los jugadores que mejor se amoldan al tipo de juego de Velimir Perasovic.
Luca Vildoza es pura vehemencia sobre la cancha. El suyo es un estilo energético y de alta velocidad. En su segunda temporada como azulgrana, ha vuelto a encajar en los esquemas del croata después de unos primeros compases difíciles a las órdenes de Pedro Martínez. Algo similar le sucedió el pasado curso, en el que pasó de la sombra del banquillo a ser el timonel de referencia del Baskonia en la final liguera contra el Real Marid. Al final, su baloncesto de acción directa se ajusta más a los preceptos del preparador balcánico, más dado a buscar el camino más recto hacia el aro contrario y que tiende a apoyar en ataque la iniciativa individual de sus jugadores.
El croata acostumbra a ser más tolerante con los excesos de individualismo de sus pupilos, lo que también da margen de actuación a Vildoza. Después, la baja de Jayson Granger ha terminado por reorganizar la jerarquía de bases, con el argentino como hombre de peso y contrapunto al clasicismo de Marcelinho Huertas.
Eso sí, el brasileño sigue ganando la batalla a quienes desean su jubilación antes de tiempos. El jugador paulista volvió a Vitoria por petición directa de Pablo Prigioni, supo convencer de su valía a Pedro Martínez y ahora sabe que Velimir Perasovic le situará en cancha cuando haga falta temple y visión de juego. Vildoza puede hacer que un partido entre en combustión, con su juego de plena potencia, poco dado a la pausa y que también posee la virtud de unas manos rápidas y una piernas frescas para elevar el nivel de agresividad defensiva. Como base, todavía es más un acelerador que un director, una pieza ideal para lanzar el juego de transición. «Me siento cómodo a una velocidad alta. En el momento en que defendemos fuerte y arriba tenemos la ventaja de poder correr. Con mi juventud y todo eso que me caracteriza, me gusta más correr que jugar el 'cinco contra cinco'», reconoce el propio Vildoza. Sus palabras delatan una de sus vertientes de mejora; el juego a media cancha. Al fin y al cabo, es la lección más ardua que debe interiorizar todo base.
Polivalencia
Ya sea porque la falta de efectivos debido a las lesiones o porque no sobra iniciativa individual ofensiva en la línea exterior, Luca Vildoza también es una fuente de puntos para nada desdeñable. No en balde, Velimir Perasovic tiene entre sus recursos la opción de hacer que el argentino y Huertas puedan compartir cancha. En este esquema, la dirección tiende a caer en manos del segundo mientras el primero queda liberado para buscar el camino hacia el aro rival. «Cuando estoy con Marce y él o yo tomamos la pelota, el equipo juega con otra dinámica y me siento cómodo», ilustra el director de juego argentino.
«Nos sentimos bien, aunque ante el Barça se notó el cansancio»
Las bajas de Shengelia, Granger, Garino o Sedekerskis merman el el potencial baskonista, pero garantizan una couta sustancial de minutos a gran parte de los jugadores sanos. Vildoza asegura que «nos sentimos bien jugando muchos minutos, aunque el cansancio se notó un poco en el último partido ante el Barça». Todo indica que el núcleo de ocho jugadores se mantendrá inamovible en el duelo del viernes en la cancha del Darussafaka turco, colista de la Euroliga. «Queremos salir de casa y traernos un partido que, sin duda, está al alcance. Sabemos que son muy duros como locales», avisa Vildoza.
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