«Hemos hecho un trabajo enorme para juntar a gente que no tenía buena relación»
El técnico croata se despide en EL CORREO destacando el esfuerzo por «crear una química» dentro de un vestuario roto al que vio «muy mal» en noviembre
Hora y media después de despedirse en el club, Neven Spahija atiende a este periódico sin prisas. Cordial, afable, tranquilo y en paz consigo mismo. ... Satisfecho de su trabajo como el bombero convocado en otoño para apagar un incendio deportivo. La entidad ya dispone de su sustituto desde hace más de dos semanas (Joan Peñarroya) y tampoco él quería permanecer en el proyecto azulgrana. Sin acritud, con buen fondo y mejores formas.
- Noviembre es un mes convulso en el Baskonia. Volvía usted trece años después de ganar la Liga aquí para sustituir a Dusko Ivanovic, un emblema de la entidad. Quien a su vez le reemplazó en 2008 en esta especie de puerta giratoria. ¿Esperaba aquella despedida entonces después de levantar el título?
- No. Cómo podía esperar irme después de ganar la Liga, jugar la final de Copa, disputar la 'Final Four' y ganar también la Supercopa. Ni idea de que me iba a ir entonces. El club tenía la posibilidad de un año más y tomó aquella decisión. Me sentí mal, pero también muy orgulloso y fuerte porque no veía ningún motivo para marchar. Pero soy un profesional, respeto mucho el mundo del baloncesto y había que aceptar la decisión del dueño y presidente. Y ya está. No soy alguien que mira mucho atrás.
- Ahora se repite la separación. Pero esta vez porque las dos partes quieren.
- Esta vez cogí en noviembre un equipo con muchos problemas. Los resultados eran malos y me llaman para resolver en la medida de lo posible el estado de un equipo que perdía partidos y con problemas dentro del vestuario. Así que lo primero era crear una química entre mucha gente buena que no tenía una buena relación. Se trataba de unir y al final me voy sin ver ni una persona mala. Ahora te puedo decir que hemos hecho un trabajo enorme para juntar a la gente. Y no quiero hablar de nombres propios porque un entrenador debe de proteger a su plantilla.
- Además de mejorar sustancialmente el ataque, ¿su mayor aportación ha consistido en estrechar las relaciones humanas?
- Eso es clave. Como entrenador tienes trabajo de cancha y, tan importante como eso, el que haces fuera de la pista. Un vestuario roto nunca te va a a dar algo bueno. Y al final hemos resuelto muchas cosas, aunque no todas.
Ánimo «muy malo»
- ¿Cómo encontró anímicamente al grupo en noviembre?
- Estaba muy mal. Sufría derrotas por unas diferencias enormes. Y eso con un técnico serio y ganador como Dusko que ha hecho muchas cosas buenas. Puedo decir que estoy satisfecho con el trabajo. Es cierto que no hemos ido a la Copa, que es un resultado malo. Pregunté a Félix (Fernández) que cuántos partidos teníamos que ganar de siete para meternos y me dijo que cinco o seis. Ganamos cinco y nos quedamos fuera.
- ¿Y baloncestísticamente? Parecía un grupo acartonado en ataque y de una defensa muy vulnerable.
- Aquel era un baloncesto que a mí no me gusta. Y no quiero decir nada en contra de otro gran entrenador. Sólo analizo resultados. Pero mi forma de ver el baloncesto es completamente diferente a la de Dusko. Yo quiero jugar más en cancha abierta, con menos control en las posesiones, muchos tiros de tres y juego en transición. Nosotros mejoramos todos los números, incluidos los de la defensa. No pretendo comparar mi trabajo y el de Dusko. Sólo quiero contar cuál es mi filosofía del baloncesto.
- ¿Y cree que la ha inculcado?
- Sí, sí. Al final hemos jugado partidos con una cara muy diferente.
- Se le vio como el médico que diagnostica el mal del enfermo en el ataque. Y su tratamiento fue mejorarlo de adelante hacia atrás.
- Vine tarde y no intervine en la planificación de la plantilla. Lo primero que hay que decir es que este club es uno de los mejores de Europa para elegir jugadores. Pero antes de mi llegada mucha gente me decía que el Baskonia tenía muchos aleros y pocos bases. Lo segundo, empieza la temporada con un pívot muy joven y con mucho talento como Enoch y un '5' titular que era Nnoko. Que no es un jugador para este equipo, fue un fichaje equivocado. No tiene el 'carácter Baskonia' y nos hizo mucho daño. Comenté con Félix y con Josean que Nnoko no podía llevar la camiseta de este club.
Baldwin y Enoch
- Usted rehabilitó a dos jugadores acomplejados como Baldwin y Enoch. ¿Qué les dijo?
- Si en el futuro tuviera la posibilidad de trabajar con Baldwin y Enoch siempre estarían en mi plantilla. Baldwin tiene un talento y un físico enormes. He hablado mucho con él de su problema, el de lograr tranquilizarse cuando los rivales le atacan y él responde de una manera mala. Si en el futuro encuentra el modo de calmarse ante el arbitraje dará un paso muy grande. Y no es mala persona. Enoch es un joven con una defensa muy mala y un talento ofensivo enorme. Es muy buen chaval y tiene mucho corazón. Uno de sus problemas fue la falta de competencia en el puesto cuando salió Nnoko.
- También le tengo que preguntar por Sedekerskis, un soldado para Dusko que no ha contado con usted. ¿Por qué?
- Él ha tenido mucho protagonismo conmigo. Jugó muchos minutos pero, al final, no. Yo vine tarde y siempre he tenido una deuda de resultados. Lo primero en este club es ganar partidos y siempre va a ser así. El equipo venía de muchas derrotas, quería ir a la Copa, al 'play off'... Cuando volvió Peters de la lesión y tuve la oportunidad de poner a Costello de 'cuatro', Tadas fue mi quinto pívot. Y ya está. Él es un profesional, un chaval con futuro y ojalá con el nuevo entrenador sea una estrella, un Teletovic. Pero mis ayudantes y yo analizamos todo y elegimos el grupo de jugadores que creíamos que nos iban a dar resultados.
- El Baskonia mejoró con usted, pero ha fallado en las citas determinantes, salvo el cruce con el Valencia.
- No somos mejor equipo que el Mónaco. Es un rival con el que puedes ganar y perder. Lugo fue otra cuestión, en pleno covid, sin posibilidad de entrenar y ante un Breogán que jugaba un baloncesto muy bueno.
- La temporada no ha resultado buena, desde luego. Aunque se salve en parte por el gen competitivo mostrado en cuartos.
- En esa eliminatoria jugamos los dos partidos fuera a un nivel muy alto. Nuestro tercer encuentro fue un espectáculo.
El muro de Tavares
- Y ninguna opción contra el club que alinea a Tavares, el pívot más determinante de Europa.
- Desde que llegué dije que Barça y Real Madrid eran los mejores equipos de Europa, sin duda. La diferencia en la semifinal ha sido Tavares, con todo el respeto para el resto de jugadores del Madrid. No hemos podido igualar su nivel físico.
- En esta época de técnicos impulsivos y gritones aparece usted como alguien tranquilo y que no gasta rotuladores en los tiempos muertos.
- Es mi manera de trabajar. Cuando tus jugadores vienen al tiempo muerto necesitas decirles pocas cosas porque están cansados, tienen rabia... Pero nosotros tenemos un porcentaje de éxito muy elevado en primeras jugadas de pizarra o al empezar el segundo tiempo.
- Su Baskonia ha vivido del ritmo, la transición y el triple porque es un grupo de tiradores. ¿Le parece que el plantel estaba bien diseñado?
- Mi filosofía de juego es llegando y de cara. Mis equipos juegan menos de espaldas que cualquier otro. Pero si tengo a Tavares o a Splitter también juego en el poste bajo y con cuatro abiertos.
«Me enteré por EL CORREO de lo de Peñarroya»
- ¿Qué le ha gustado de su equipo? ¿Y qué aspectos menos?
- Lo que más me ha gustado es estar hasta el final en un nivel profesional muy alto. He hablado mucho con Granger y Peters, dos jugadores con más presencia en el vestuario, de química o de cómo tranquilizar a Wade (Baldwin) y me han ayudado un montón. ¿De qué no estoy tan contento? De la inconsistencia. Eso de de que el equipo ganase tantos partidos fuera y no jugara a ese nivel ante nuestra afición es algo que me ha matado.
- ¿Qué nota le pondría a su Baskonia entre cero y diez?
- Pienso que un 7. De ahí al 10 son muchas las cosas que hay que hacer y que hay que tener. No quiero culpar a nadie. Ningún equipo del mundo está libre de equivocarse al hacer una plantilla.
- Y casi siete meses después, separación profesional y amistosa entre el club y usted. Aunque este periódico publicó hace más de tres semanas que venía Joan Peñarroya.
- Te lo puedo explicar muy fácilmente. Un día voy a tomar el café al bar debajo de mi casa, abro El Correo y veo que el de la foto no soy yo. Cierro el periódico, cojo el coche, conduzco al Buesa y me reúno con mis ayudantes, como todos los días hora y media o dos horas. Y les comento lo de Peñarroya. David (Gil), para quien no tengo suficientes palabras de agradecimiento como persona y como asistente, me dice 'Neven, no mires eso. Lo que pasa es que ahora todo está parado por la Final Four y salen los rumores'.
- ¿Cómo le sentó la noticia?
- Le dije a David que El Correo no es prensa amarilla y que me dejara hacer dos llamadas. Y, efectivamente, me confirman lo de Peñarroya. Y cuando colgué dije mi 'staff' que no cambiaba nada, que seguíamos trabajando. No me sentó mal. Soy una persona fuerte y con la cabeza siempre alta. El único miedo que tenía era la reacción del vestuario. Imagina una derrota mala, te pones frente a los jugadores, quieres explicar algunas cosas duras y alguno podía pensar 'no quiero ni escucharte, tú no eres el entrenador de este equipo'. Pero la personalidad de mis jugadores fue tan buena hasta el último momento que tengo que agradecérsela de nuevo. Esa información no me movió ni un segundo. La cuestión era ganar al Valencia.
- Ha entrenado en diez países, incluida su labor de asistente en la NBA, y ahora deja Vitoria por segunda vez. ¿Dónde está su futuro?
- Soy parte de la familia de los Spurs (San Antonio) desde hace veinte años. Popovich, Budenholzer... Mi futuro es el baloncesto. Siendo entrenador del Baskonia te sientes muy bien, estás a un nivel muy alto. Pero para mí existe algo mucho más importante: ser habitante de Vitoria, salir a la calle con la cabeza alta, que me pare la gente al nombre de 'Neven'. Es un orgullo sentirte aceptado y parte de esta ciudad. Los resultados y el deporte son importantes, pero más el comportamiento y ser una persona que la gente quiere.
- Como siga con este discurso termina por recibir el Celedón de Oro.
- Digo la verdad. Mira, nunca he permitido a mis agentes que me hablen de otros clubes durante la temporada. Siento mucho respeto por Josean y le agradezco la oportunidad de haber vuelto.
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