A resucitar en casa de la Cenicienta

En lo que va de curso, el técnico madrileño ha justificado con creces su fama. El equipo de la capital alemana crece y crece. Pierde, sí. Aíto hace baloncesto, no milagros, pero pocos dudan ya de que los alemanes tendrán plaza fija en una próxima ampliación de la competición.

Los del Mercedes Arena solo han ganado al Zenit, en la primera jornada y con los de Plaza sin conseguir salir de su propio garaje; al Panathinaikos tras dos prórrogas, al Estrella Roja y al Zalgiris. ¿Y qué? Los que les han superado, por equipo, por presupuesto, por figuras, lo han hecho sudando la gota gorda. El deporte es cruel y en el baloncesto, inmisericorde, no suele bastar con jugar mejor para llevarse la victoria.

Algo de lo que se ha querido aprovechar quizás el Baskonia hasta la fecha, pensando que su calidad -ahora cuestionada- sería suficiente para ir sumando victorias a la espera de las batallas realmente importantes. Toca empezar de cero. Sudar los excesos de una fiesta que se alargó demasiado. La resaca promete.

La primera piedra de toque espera esta noche (20.00 horas) en Berlín. Una incógnita mayúscula para los del paseo de Zurbano, que ayer entrenaron por primera vez con el montenegrino, que viajaron por la tarde en chárter para regresar a Foronda sobre las tres de la madrugada de mañana y poder entrenar otra vez en el Buesa antes de salir en autobús para Zaragoza. Suspender estos dos exámes enterraría al equipo. En baloncesto se permite la sucesión de prórrogas, pero no se puede repetir curso.