Con sus respectivas cruces
Consumado el fracaso copero, el Baskonia intenta estabilizar el frente continental ante un Fenerbahce sin Sloukas y marcado por la inconsistencia
El Buesa Arena cita esta noche a dos equipos a los que parece que les duela todo desde el inicio de temporada. Con sus diferencias ... de objetivos y presupuestos, el Baskonia y el Fenerbahce acumulan una trayectoria que les hace aspirantes a firmar un curso decepcionante. Puede que haya todavía tiempo para la rectificación, pero se trata de equipos a los que les cuesta esquivar la frustración. Las dos son escuadras marcadas por la angustia de no terminar de aferrarse al tren de la constancia y la regularidad. Ambas, con sus respectivas cruces a cuestas, golpeadas por las lesiones desde el mismo arranque de campaña.
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En el bando azulgrana, ir dando tumbos terminó con Velimir Perasovic despedido para reabrir la puerta a Dusko Ivanovic, con una capacidad como revulsivo que todavía está por ver. En el Fenerbahce, Zeljko Obradovic es intocable. El genio de los banquillos no está cuestionado ni se teme por su puesto, pero sí que está mostrando un grado de frustración inusual ante los problemas para reconducir el rumbo de su equipo. En Vitoria, las bajas se recitan del tirón con Granger y Garino en la reserva desde hace tiempo y ahora Vildoza, con un hombro que guarda descanso. Llegó Sergi García para ser uno más y aún se espera a un exterior que supla al alero argentino lesionado hace más de un mes. En Estambul, Vesely continúa en guerra con su lesión de rodilla y también Duverioglu. Dos bajas previsibles a las que se suma otra más reciente y de calado. Según informaba ayer el Fenerbahce, Kostas Sloukas no viajó a Vitoria tras pasar varios días de fiebre alta.
El Baskonia y el Fenerbahce, en el grupo de perseguidores de un puesto de play off en la Euroliga en el arranque de la segunda vuelta. Los azulgranas, duodécimos con siete victorias, se encuentran a un triunfo del octavo puesto mientras los turcos, que se llevaron el duelo de la primera vuelta con un 87-80, se ven distanciados a dos cuerpos. El equipo de Ivanovic defiende esta noche su posición, obligado a estabilizar en lo posible el frente continental tras certificar el primer gran batacazo de la temporada. Sin Copa.
La fiabilidad, ¿un imposible?
El fracaso se consumó tras la derrota del pasado domingo ante el Manresa, con una vuelta al perfil depresivo e inoperante que ha asomado demasiadas veces desde el comienzo de ejercicio y que supo aprovechar un oponente huérfano de bases puros. La fiabilidad sigue siendo una cuestión de apariencia irresoluble para el conjunto vitoriano. El Fenerbahce pone a prueba esta noche a un Kirolbet que necesita afinar esa versión despierta y visceral que mostró hace una semana en su victoria en casa ante el Barcelona, un ejercicio de corazón, pero también de acrobacia, en el que cayó de pie.
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