Enfrentado a su familia: «No necesito gente falsa a mi alrededor»
La vida privada de los Ponitka saltó a la esfera pública cuando su hermano Marcel, ahora en el Zaragoza, le acusó de haberle vetado para ... el Eurobasket. «No me acepta en el equipo». Días más tarde, Mateusz, el mayor, salió al paso. «Se ha unido a los insultos que recibimos mi mujer y yo por parte de mis padres y no me imagino jugando con él».
– ¿Este enfado con sus padres le ha afectado en su carrera?
– No estoy enfadado, son ellos los que lo están conmigo desde hace nueve años porque son un poco antiguos. Encontré a mi amor y elegí mi camino lejos de casa. Soy feliz, tengo mis amigos, que son honestos, a mi mujer, que para mí es la mejor persona del mundo y es suficiente para mi. No necesito gente falsa a mi alrededor.
– ¿No han condicionado ninguna de sus decisiones?
– No. De hecho, ese es el problema. Que ellos no han tenido el control sobre mi carrera desde que dije que hasta aquí habíamos llegado.
– Otra de sus polémicas fue su salida del Zenit. ¿Cómo lo vivió y cuánto le perjudicaron las críticas vertidas desde su país?
– Es una larga historia. Podría estar aquí quince minutos hablando. Fue una situación difícil, nadie sabía lo que iba a pasar los días siguientes. Para mí, la mejor solución fue la que hice. Por contrato, me ví obligado a volver y jugar el partido contra el CSKA pero desde el principio quise rescindir. Pero ya está. No quiero volver a eso.
– Allí había encontrado estabilidad después de muchos cambios de equipo.
– Estuve tres años en San Petersburgo, cuatro en Rusia. Tenía un contrato de tres años, ahora debería seguir allí pero… La vida es así de impredecible. Ocurren cosas extrañas, difíciles de entender pero encontré una solución y un camino distinto.
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