Lucha de clases
El Valencia parece tomar el relevo del Baskonia como aspirante; veremos si se mantiene el mismo tiempo que los azulgranas
Cualquier grupo que desarrolla su actividad en una comunidad debe tener muy claro cuál es su posición socioeconómica. Hace tiempo se jugaba con la idea ... de que existían tres clases sociales: alta, media y baja. La mejoría general del país aconsejó un nuevo planteamiento, en el que la clase media se dividía en media-alta y media-baja. La lectura es aplicable en el deporte. La lucha por mantener el estatus es continua, y no digamos cuando se intenta subir un escalón.
Para mí el Alavés transita cómodamente en el grupo social medio-bajo, acepta con normalidad la situación y sus aficionados sueñan con que algún fichaje o alguna circunstancia les permita subir momentáneamente a una clase superior. De lo contrario, la victoria puntual es el gran atractivo. El historial baskonista es diferente. De forma explosiva y en pocos años se aupó a la clase alta y permaneció en la élite un puñado de años, realizando hazañas y conquistando trofeos.
Desde hace poco tiempo es fácil definir cuál es la situación del club en el ranking actual. Son varios cursos sin comparecer en la Copa y en algunos casos fuera de la ronda final de la ACB. Hoy el Baskonia es un club de clase media. La precipitada venta de Hamidou Diallo y su sustitución por Radzevicius hace temer por el estatus en que se instalará el club vitoriano en el futuro inmediato. Recuerden que el baloncesto es un juego de negros que lo juegan bien algunos blancos.
Subidas y bajadas
La historia muestra muchos ejemplos de clubes que han subido y bajado de categoría social: Joventut de Badalona se movió en una clase alta, pero ya desde hace tiempo no deja de tener un estatus medio-alto. Hay algunos casos sangrantes, como Estudiantes. Sí, ese equipo que caía tan bien de Madrid lleva tres años desaparecido y casi podría considerarse de clase baja. Y, sin embargo, en su vitrina cuelgan muchos trofeos. A la clase alta han pertenecido siempre Real Madrid y Barcelona. Ahora, cuando al Baskonia parece que no le da el aliento, toma su relevo el Valencia. Veremos si es capaz de mantenerlo el tiempo que lo hizo el Baskonia.
Me siento cómodo en el grupo de clase media-alta en la que está inmerso el equipo vitoriano. Sus compañeros de viaje me merecen mucho respeto: Tenerife, Unicaja, Valencia, subiendo y bajando, unidos a los dos del fútbol, deben dar la buena medida del baloncesto español. Por detrás no se ve nada con aspiraciones de crecimiento. Bilbao y Zaragoza, siendo ciudades ideales para el baloncesto, no crecen. Algunas veces no sólo consiste en ganar más partidos, sino en crear ilusiones. Los gestores de los clubes tienen mucho que hacer. Desde la nueva dimensión, la actuación del equipo me parece muy digna. La derrota ante el Valencia sólo tiene como consecuencia la premura de ganar partidos para estar en la Copa.
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