La incertidumbre de Causeur

«Fabien (Causeur) no va a viajar con nosotros, no está en condiciones de entrenar con el equipo y no sabemos la fecha de cuándo podrá recuperarse. El jugador tiene dolor y no desaparece. Los médicos están intentando hacer diferentes tratamientos, pero hasta ahora ninguno ha dado resultado», explicó el técnico azulgrana. Sin un diagnóstico concreto, sin plazos de recuperación, «todo está en el aire», precisó Perasovic, que está ejerciendo de improvisado portavoz médico del club cada vez que le toca analizar un encuentro.

Primero tildó la baja del galo de «inesperada porque no es una lesión grave, pero le impide jugar». Después, antes de enfrentarse al Real Madrid en competición europea, habló de «recaída» en lo que entonces definió como una «sobrecarga». E insistió en que «no hay nada grave, pero el jugador no se siente en condiciones de entrenar». Ahora el discurso paralelo a la dolencia dice que «la situación no está bien» y que no hay fecha para su reincorporación, ya que el cuerpo médico azulgrana no ha acertado aún con la tecla del diagnóstico exacto. Incertidumbre absoluta.

Mala fortuna

Una lumbalgia, en principio, ese término genérico que se utiliza para aludir a un dolor de espalda baja, a la altura de las vértebras lumbares. Falta por determinar la causa, que puede tener diferentes orígenes. La situación no es nueva para Fabien Causeur, que ya vivió un episodio similar en septiembre de 2014, cuando se perdió la Supercopa por el mismo problema. Entonces se le diagnosticó la dichosa lumbalgia a finales de agosto -se perdió por ello la gira sudamericana del equipo-, pero el plazo de baja estimado inicialmente, de unos diez días, se fue alargando. Como ahora.

Hasta cumplir el mes sin poder reincorporarse a los entrenamientos. No volvió hasta la jornada inaugural de la Liga ACB, el 4 de octubre, cinco semanas después de parar por esas molestias en la espalda. Paradójicamente, como una casualidad del destino, aquella lesión del escolta bretón coincidió en el tiempo con otra de Tornike Shengelia, que ahora también comparte con él espacio en la enfermería del Buesa Arena.

Un capítulo más en la particular historia negra del capitán baskonista en sus cuatro temporadas en Vitoria, donde ha vivido algunas situaciones físicas delicadas, incluso anómalas en el mundo deportivo. La más grave, la enfermedad renal que amenazó con retirarle prematuramente del baloncesto en noviembre de 2013. Su partido más complicado. Pero lo ganó en apenas un mes y medio. Cuando los diferentes diagnósticos médicos le aseguraron que esa enfermedad renal no era vitalmente grave, Causeur decidió volver al trabajo en cancha, «una apuesta arriesgada», según Sergio Scariolo, entrenador baskonista por aquel entonces.

Después de aquello no se iba a dejar amedrentar por la lumbalgia que le paró en 2014. O por la infección ocular que en 2015 le privó de jugar el Europeo con la selección francesa. No era grave, pero le impedía colocarse las lentillas con las que debe saltar a la cancha. Un contratiempo menor, pero un problema mayor, por todo lo que se perdía.

Mirando a los cuartos

Ahora el cuerpo le vuelve a frenar. Como en septiembre de 2014. Entonces se perdió la Supercopa. Ahora están en el aire los play off de la Euroliga, uno de los platos más fuertes de la temporada. Arrancarán el martes. Otra semana de incertidumbre. En principio, el cuerpo técnico y médico baskonistas no van a forzar la reaparición a las puertas del tramo más importante de la competición. Aunque sea una pieza clave, el segundo jugador que más ha utilizado Perasovic durante la temporada (1.225 minutos). Aunque el equipo le eche de menos. «Defiende muy bien y aporta bastante energía en ataque», ha dicho Kim Tillie en alusión a su ausencia.