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«Probablemente esta semana se confirme que el Baskonia va a estar diez años más en la Euroliga», anunciaba en público Josean Querejeta el pasado ... 18 de diciembre. Una «buena noticia» que dos meses después mantiene su carácter oficioso, pero que no recibe la comunicación oficial. Nada ha cambiado en ese sentido. La máxima competición pretende dar continuidad a los clubes que forman parte de la toma de decisiones, entre ellos el vitoriano. Pero sus planes de futuro se están viendo ensombrecidos por una asociación con aspiraciones cuanto menos igual de ambiciosas y con un mayor poderío económico.
La sola intención de la NBA desembarcar en Europa, todavía por definir, mantiene vigilantes a los actores principales del baloncesto de este lado del charco. Lo más parecido a la teoría del caos. Lo que en Estados Unidos representa el aleteo de una mariposa, en el Viejo Continente puede ser un tsunami, cuyo epicentro parece estar en París. Las dos organizaciones tienen marcada la capital francesa como la clave de su futuro comercial y, por ahora, la ventaja es para la Euroliga.
A la Liga Norteamericana no parece sugestionarle el proyecto del Paris Basketball. Su bajo presupuesto y su trazado sostenible se le antoja un juego de niños. Su planteamiento apunta más alto. Quieren que el Paris Saint-Germain (PSG) recupere su sección de baloncesto, popular en los años 90. Ambas partes se reunieron durante los partidos de la NBA en la capital gala en enero. El PSG, propiedad de Qatar Sports Investments, atisba una opción de negocio a la que no se quiere cerrar, pero por el momento no se compromete a dar ningún paso, según publicó ayer Eurohoops.
El club parisino le pide al comisionado de la NBA, Adam Silver, una exposición concreta de su propuesta para estudiar si le conviene. La inversión sería sustancial ya que además de tener que armar un equipo de garantías de cero, podría también que tener que construir un nuevo pabellón. Según The Athletic, el Paris Basketball tiene la exclusividad del Accor Arena, donde acude anualmente la NBA, y el Adidas Arena, los dos recintos más grandes de la ciudad. Además, su alianza con la mejor liga de baloncesto del mundo dejaría en entredicho su posición futbolística. El PSG es el principal opositores de la Superliga que promueve el Real Madrid, tentado también por Adam Silver.
Por el momento, las 30 franquicias aún tienen que aprobar este mes el nuevo acuerdo de derechos de televisión (76.000 millones de dólares en 11 años). De ese dinero deben salir los fondos de la «liga independiente» que pretenden fundar la Liga Norteamericana en Europa junto a la FIBA, también con intereses en Lyon con el Asvel de Tony Parker. Aunque es París la que parece la mejor 'suite' de Europa donde posarse una vez Londres parece quedar de nuevo fuera de la órbita baloncestísticas tras los problemas financieros del London Lions.
Mientras tanto, el París presiona a la Euroliga para obtener una invitación de tres años que también ansían Mónaco, Partizan, Estrella Roja y Valencia. Disputar el play off tras ganar la Eurocup le garantizaría otro curso más y busca fichar un pívot para lograr el pase. La Euroliga, por su parte, sigue sin definir la competición para el próximo año, el último con las licencias vigentes. Los clubes apuestan por expandirse a 20 equipos, pero a algunos, como al Baskonia, no les convence ni el modelo de dos conferencias ni la saturación del calendario.
El Panathinaikos no está dispuesto a perder una oportunidad de mercado que le permita reforzar su juego interior. Según apuntan medios griegos, el club ateniense se encuentra cerca de alcanzar un acuerdo con Tibor Pleiss. A sus 35 años, el exbaskonista dejaría el Trapani Sharks italiano para enrolarse en un Panathinaikos debilitado bajo los aros por la lesión de larga duración de Mathias Lessort y los contratiempos físicos de Omer Yurtseven. Por otro lado, El Zalgiris ya tiene sustituto para Lonnie Walker IV, que ha puesto fin a su estancia en Europa para recalar en los Sixers. Según apuntaba ayer el periodista Donatas Urbonas, el club báltico ha cerrado un acuerdo con Isaiah Wong. Se trata de un base estadonidense de 24 años y 1,91 metros que fue cortado recientemente por los Charlotte Hornets. Formado en la Universidad de Miami, debutó la pasada campaña en la NBA con los Indiana Pacers.
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