«Es un momento para preocuparse por el lado humano del deportista»
Doctor en Psicología y entrenador de baloncesto, ve clave que clubes y especialistas mantengan «lo más alta posible la motivación» de los profesionales
Como entrenador de baloncesto en categoría femenina, fue técnico de la selección española que comitió en los Juegos Olímpicos de Barcelona, dirigió a Bulgaría y ahora comanda al combinado nacional de Gran Bretaña. Sin embargo, su pasión por el deporte de la canasta queda eclipsado por otro de sus ejes vitales principales; la psicología deportiva. Incansable divulgador, autor de una nutrida bibliografía, el entrenador madrileño de 63 años es una figura adecuada para arrojar luz sobre el eclipse que impone el coronavirus a deportistas, entrenadores y dirigentes del deporte profesional.
–¿Qué cree que pasa por la cabeza del deportista profesional en este tiempo de encierro y pandemia?
–Hay distintas situaciones. Por un lado está el deportista que ya sabe que no va a competir este año, caso de aquellos que no harán en los Juegos Olímpicos. El atleta sabe que, tras posponerse la cita de Tokio, la temporada ya ha terminado. Luego están los que mantienen la incertidumbre; ciclistas que pueden tener como meta un Tour de Francia que aún no se ha suspendido, futbolistas o baloncestistas que están en casa esperando si se aplaza o se anula la competición. Son situaciones muy diferentes; la incertidumbre no es buena porque no deja centrarse en nada. Todo eso, añadido al confinamiento, es un problema.
–Mientras, a entrenar entre cuatro paredes en la mayoría de los casos.
–Es complicado. Por mucho que te den planes de entrenamiento o tengas en tu casa un pequeño gimnasio. Gran parte del trabajo de los psicólogos o de los propios clubes consiste en ayudar a mantener la motivación del deportista lo más alta posible. A esto se añade en el deportista profesional la siguiente incertidumbre: '¿Qué va a pasar con mi contrato?' Ahora mismo, se están reduciendo sueldos en los clubes de fútbol y en deportes no tan pudientes no se está pagando en algunos casos el último mes. No es solo la preocupación por el contrato actual, también por el del año que viene ya que se empiezan a vislumbrar los problemas que vienen en materia de patrocinadores, contratos televisivos...
–Se llama sobrevivir...
–¿Quién sufre más? ¿El Corte Inglés o el comercio de la esquina? Al final, los grandes clubes podrán seguir adelante por mucho que reduzcan presupuesto. El verdadero problema llegará para el profesional de deportes minoritarios o de ligas menores. Por ejemplo, el deporte femenino va a sufrir mucho. En general, nadie sabe lo que va a pasar y esa incertidumbre es el factor más estresante. Con ese panorama, ¿sigo trabajando las pesas en el rincón de mi casa?
–¿Es un partido o una carrera por completo diferentes?
–Sí, pero también es verdad que los deportistas de élite son gente dura, con una fortaleza mental grande en su mayoría. Eso ayuda mucho en este momento, aunque no es para nada una situación fácil.
–¿Cómo combatir esa incertidumbre?
–Los deportistas siempre viven en una cierta incertidumbre. Nunca puedes asegurar el resultado de un partido, una carrera o un combate. Saben cómo adaptarse a situaciones muy variadas. Visto que esto puede ser un proceso largo, lo que se puede hacer es centrarse en lo que depende de cada uno. Lo poco que esté en tus manos ahora, hazlo bien. El matiz es que, en estos momentos, ese deportista está solo. Por eso es clave el apoyo social; el del club, los compañeros o las organizaciones de cada colectivo. El contacto, ahora a través de internet o del móvil, es fundamental. Este es un momento para preocuparse del lado humano del deportista, para estrechar lazos personales y no solo enviarle planes de entrenamiento para que mantenga el tono físico.
–En este tiempo de confinamiento, muchos deportistas sin grandes contratos han reflexionado sobre el cambio vital que puede darse con esta crisis.
–El deportista vive de aprovechar su propia experiencia tras ganar o perder. Esta es una vivencia muy especial, un aprendizaje constante que te ayuda a relativizar la importancia de las cosas. Hasta hace unos días, quizás lo más importante era para muchos cómo defender un bloqueo directo. Ahora, es posible que muchos se den cuenta de que tampoco es tan decisivo aunque sea tu trabajo. Es algo de lo que todos podemos aprender.
Con los pies en el suelo
–¿Las redes sociales se han convertido en una especie de diván de mensajes motivadores sin mostrar realidades más duras del mundo del deporte?
–Todo intentamos exteriorizar y leer cosas positivas. Pero también hay que tener los pies en el suelo. Ser positivos, pero vivir la realidad es clave para triunfar en el deporte. Puedes leer en Twitter arengas que te pueden animar un rato, pero luego debes saber cuál es tu realidad. Las circunstancias van a cambiar y muchos deportistas van a tener que acostumbrarse a trabajar de manera distinta, con menos dinero o menos medios. Algunos ya no podrán contar con ese preparador físico personal o ese fisio que el club ponía a su disposición porque es posible que la nueva realidad impida mantener esos puestos de trabajo.
–¿Los ERTEs hacen descender a algunos deportistas a un nivel terrenal?
–Sí. A veces parece que el deportista está por encima del bien y del mal pero no deja de ser un trabajador más. Muy bien pagado, en algunos casos, pero un trabajador más.
–¿El coronavirus ha bajado del pedestal a la megaestrella?
–Sí. En última instancia, vivimos una situación en la que quedan claras las necesidades básicas. La muerte y la enfermedad igualan a todo el mundo. Tu puedes ser un 'crack' jugando al fútbol y estar en las páginas de los periódicos todos los días, pero cuando llega esta pandemia eres uno más.
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