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Carlos Pérez de Arrilucea
Viernes, 10 de enero 2025, 00:04
Pablo Laso ha abrazado la llegada a finales de diciembre de Luka Samanic como si el croata fuera el mejor regalo navideño posible. Sin embargo, seguro que hubiera sido un técnico feliz de haber recibido al ala-pívot croata el pasado 13 de octubre, cuando ... el preparador vitoriano cumplía 57 años. Hubiera sido un buen obsequio de cumpleaños que, al final, ha tenido que esperar. Sin el privilegio de poder elegir fecha o jugador, el Baskonia ha tratado de resolver con su fichaje invernal algunas de las carencias que ya apuntaban en el arranque de temporada. Más vale tarde que nunca.
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El interior balcánico ilustra el presente del mercado baloncestístico del Baskonia, que sufre para cuadrar las necesidades inmediatas con la captación de nuevos refuerzos que se ajusten a su disponibilidad económica. Samanic surge como una oportunidad después de que el club azulgrana lo tanteara en verano para después archivar su nombre cuando el Fenerbahce entró en escena. Desde entonces, había sido un objetivo lejano. Mientras Samanic rompía su contrato con la entidad turca y volvía a Zagreb, su ciudad natal, para jugar en el Cibona y digerir el duro zarpazo vital que supuso el fallecimiento de su hermano, el equipo vitoriano dio sus primeros pasos para constatar que tenía un problema, o varios, en el puesto de 'cuatro'.
Para empezar, la dependencia de Chima Moneke iba de la mano con la inmadurez de Ousmane Ndiaye. La confianza estival del club en que el joven senegalés se asentara como relevo de ciertas garantías en la posición de ala-pívot dio paso a una realidad más cruda. No había contrapeso al verso libre de Moneke más allá de echar mano de la polivalencia de Tadas Sedekerskis, a quien Laso lo quiere como alero a tiempo completo en la medida de lo posible. Los contratiempos físicos hicieron el resto con un primer percance muscular en el tramo inicial de campaña que dejó fuera de circulación al capitán, ahora de nuevo bajo cuidados médicos.
En realidad, Samanic no solo tapa una grieta en la nómina de 'cuatros'. Lo hace en una batería interior necesitada de recursos y también de cierto orden. «Es un tío grande que no hace cagadas y eso es importante», sentenció Pablo Laso tras la victoria de anteayer ante el Leyma Coruña. Son palabras que definen lo que buscaba el vitoriano en su nueva incorporación; más talento ofensivo, pero también sentido del juego, cierta disciplina táctica, eficacia y un punto más de velocidad de ejecución. Ahora, sin Sedekerskis, el croata adquiere todavía más importancia en la búsqueda de quintetos en pista que tapen en los posible lo que lograba sellar en defensa el lituano.
18 Participativo
Es el promedio de minutos de Luka Samanic en sus tres partidos disputados. El dato habla a las claras de la confianza de Laso en el interior croata, que firma 8,5 puntos, 2,7 rebotes y 9,5 de valoración desde que aterrizara en la capital alavesa.
Luka Samanic acumula tres encuentros disputados con la elástica azulgrana, con un impacto inmediato. Sin apenas memorizar apuntes ni acumular horas de entrenamiento, debutó el pasado 2 de enero ante el Estrella Roja con 17 minutos de juego, 4 puntos y otros tantos rebotes. Laso no dudó en lanzarlo a la arena competitiva, con licencia para buscar sus opciones en ataque. Ante los serbios, disputó 17 minutos con 4 puntos y 2 rebotes. Ya ante el Real Madrid, su protagonismo fue aún más marcado, al calor de los problemas físicos que relegaron a Chima Moneke al banquillo tras el descanso. El Baskonia compitió ante el gigante merengue sin apenas protagonismo del nigeriano y con 15 puntos, 1 rebote y 13 de valoración. En el 'recreo' ante el Leyma Coruña, el ala-pívot de Zagreb se fue a los 11 puntos, 6 rebotes y 17 de valoración. Ahora, Laso tiene más donde elegir.
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