Howard y el reverso de la aclimatación
El estadounidense, después de un debut de fantasía, alterna fogonazos y apagones en su adaptación al papel de punta de lanza azulgrana
Los inicios suelen ser complicados para los fichajes recién llegados. Son cambios de equipo y de vida a los que cada uno se adapta de ... una forma diferente. A Thompson y a Kotsar les ha bastado tres jornadas de ACB y una de Euroliga para hacerse notar y erigirse como dos de las referencias del equipo. A Dani Díez no se le puede valorar por esa inoportuna apendicitis, mientras que a Daulton Hommes y a Markus Howard, se les atisba un potencial mayor al mostrado por ahora. Curiosamente y no casual, los dos jugadores que aterrizaron procedentes de Estados Unidos.
Mientras al interior llegado de la Liga de Desarrollo le está lastrando su inexperiencia para disimular las faltas, el exjugador de los Denver Nuggets se encuentra en una fase de la aclimatación en la que los marcados altibajos no permiten ver hasta dónde puede llegar en su paso por Vitoria, con un contrato de dos temporadas. Alterna chispazos y apagones en cuatro partidos. Enseña la patita, sube al cielo y baja montado en una lanzadera de un parque de atracciones. Las expectativas son muy altas desde el día que se anunció su fichaje. Un perfil similar al de Larkin y que él mismo –«soy mucho más que un anotador, soy un líder»– y Félix Fernández, que vio cierta relación en su dupla con Thompson con la pareja Mike James y Darius Adams.
El exterior asume un alto volumen de lanzamiento con un todavía discreto 33% en tiros de campo
malos porcentajes
Dos talentos complementarios. Un «base puro» y otro que no lo es para Peñarroya. Un dúo que por el momento brilla a dos velocidades y por separado. Howard necesitó menos de siete minutos para anotar 15 puntos y poner el Buesa Arena a sus pies ante el Unicaja. Un debut de fantasía chafado por su resbalón con la pegatina del parqué, que desde entonces alimenta las dudas sobre su estado físico. Si arrasta o no molestias, es algo que no le ha impedido competir.
Su fogonazo inicial alumbró a todo el universo azulgrana. Su carta de presentación no te la firma cualquier escritor. Alberto Díaz todavía tiene sudores fríos cuando se acuerda del Baskonia-Unicaja de la primera jornada. Junto a Kurucs, levantaron al conjunto vitoriano e hicieron desplomarse a los malagueños. Precisamente los dos jugadores que en los tres duelos siguientes más dudas han generado, especialmente por su posición.
Instinto depredador
Si hay algún debe en el impacto de Darius Thompson es su no preponderante capacidad pulmonar. No es Pierriá Henry. Necesita el tiempo de descanso en el banquillo de todos los jugadores mundanos. Y es ahí dónde este nuevo Baskonia más le está costando fluir. Sin un timonel al uso sobre la cancha, el letón sigue tratando de desarrollar su capacidad para dirigir el juego y el estadounidense ha pecado de un individualismo más propio de la NBA.
Allí, el explosivo combo adquirió la personalidad suficiente para asumir galones. Si hay algo que precisamente caracteriza a Howard es que es de esos jugadores que no se esconden. De niño, seguro que prefería el pilla pilla. No le tiembla la voz a la hora de pedir la pelota ni las piernas para moverse de un lado a otro buscando espacios favorables en los que recibir el balón. Para eso ha venido. Sin embargo, es un hombre de fe. Tiene el instinto para lanzar en situaciones poco ventajosas en donde lo habitual es manejarse con bajos porcentajes. En concreto, en 33% en tiros de campo y 25% en triples que registra en ACB. Mejor que Hommes, que está en un 14,3%.
Así son los anotadores compulsivos, como artistas bohemios, que no están hechos para la rutina. Inconsistentes en puntos (8,4) y asistencias (1,3). La unidad de medida de los depredadores que viven en el borde de la línea del 6,75 y a los que la valoración general (4) tiende a restarles méritos. Les condicionan otros apartados como la defensa, donde el 1,78 limita al estadounidense, que no pudo frenar la explosión de Jaime Fernández ante el Tenerife. Por el momento, Howard solo ha enseñado la patita. Una viruta de lo que puede ser un jamón de pata negra.
De un Buesa lleno a la tercera peor entrada desde el final de las restricciones
Más allá del resultado, del encuentro ante el Lenovo Tenerife llamó al atención el pronunciado bajón de asistencia registrado después del lleno de la jornada inaugural. Ante el Unicaja, el Baskonia logró completar la totalidad del aforo del Buesa Arena por cuarta vez desde su última ampliación, hasta los 15.501 espectadores, la afición azulgrana acudió en número menos anteayer para un duelo sin excesivos condicionantes como el día, la hora o la marcha del equipo para que la asistencia se quedara en 5.706 personas. Una baja entrada para las medias que suele registrar el recinto de Zurbano y que la temporada pasada solo fue inferior en dos encuentros sin restricciones por el coronavirus. Contra el Obradoiro también en el mes de octubre (5.612) y contra el UCAM Murcia en el miércoles de inicio de la Semana Santa (5.606). Hubo un tercero, en diciembre contra el Asvel (5.426), con las lluvias y las graves inundaciones producidas en la ribera del Zadorra en su momento más crítico.
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