No está todo hecho, falta Europa

Los hombres de negro se verán las caras con un rival que está metido en problemas, y gordos. El Obradoiro tirita en los puestos de descenso, no termina de coger aire ni calor y la visita a Miribilla es fundamental en sus aspiraciones de supervivencia, más si se tiene en cuenta que luego jugará en la cancha del Real Madrid. Los santiagueses -atención- solo han ganado un partido en más de cuatro meses, lo que se traduce en una racha demoledora de un triunfo en los últimos 14 encuentros de la ACB. La tropa entrenada por un 'clásico' como Moncho Fernández ha ganado únicamente al Breogán desde diciembre, una losa que le ha arrastrado al fondo de la clasificación.

El Bilbao Basket es consciente de la necesidad gallega, de sus cuadros de ansiedad y de que viene más apretado que las tuercas de un submarino. El Obradoiro se juega la vida, pura supervivencia, y los hombres de negro pueden jugar con su nerviosismo. Saben que si su rival se ve exigido y por detrás en el marcador le entrarán prisas y dudas, que le han condenado más de una vez en lo que va de liga. El Surne está comprometido con la persecución de la décima plaza, que, salvo que la FIBA cambie de criterio, le abriría las puertas de la Basketball Champions League (BCL). Y si no, una posibilidad que está ahí, siempre quedará la Europe Cup, donde los de Miribilla pueden aspirar a metas nobles. En su primera participación llegaron hasta las semifinales, ronda en la que una pésima segunda parte les condenó ante el Chemnitz.

Quedan cinco jornadas para que acabe la fase regular de la ACB y las tres más inmediatas -Obradoiro, Girona y Palencia- marcarán el futuro europeo del Bilbao Basket. De ahí que hacer los deberes ante los gallegos sea imprescindible con el objetivo de no perder de vista al Joventut. Los santiagueses suelen ser incómodos en Miribilla, donde han ganado cuatro veces en sus 12 visitas. Lo hicieron el año pasado, cuando se impusieron por 77-80. Llegan con las bajas de Álvaro Muñoz y Kovliar, y la duda de Janis Timma. Por su parte, el Surne también anda con algunos jugadores 'tocados' y alguno podría perderse el encuentro.

Los hombres de negro confían en su nivel competitivo como locales. Encadenan siete victorias en Miribilla en la Liga Endesa y buscan la octava, dar una alegría a la marea negra y certificar su compromiso con un final de temporada acorde con el ADN guerrero de la tropa de Ponsarnau.