Hacia otra Euroliga de aforos desiguales

«Imagina que este año viene el 40% de los Reyes Magos. Un camello y un paje repartiendo regalos no tiene sentido». Esa es solo una de las campañas que está publicando el San Pablo Burgos en redes sociales ante las restricciones del CSD. «Incompatible con nuestra esencia y supervivencia», apostillan. Son el único club que ha alzado la voz públicamente. El resto lo hace en la trastienda. Como el Bilbao Basket o el Baskonia, a los que la actual normativa del País Vasco solo les permite contar con el 30% de aforo. Un poco más desahogados económicamente pero apretados estarán en el pabellón de Andorra, cuyo Gobierno tolera el 50% en interiores.

Pero donde de verdad se va a apreciar la diferencia va a ser en la Euroliga. Al menos en el inicio. En este mundo dado la vuelta del revés todo puede cambiar en apenas unos días. Ni siquiera el aforo del 30% en el Buesa Arena está asegurado para recibir el viernes 24 (21:30) al Fuenlabrada o el 8 de octubre al Armani Milán. Pero se va a quedar muy lejos del 100% con el que van a contar Maccabi y Asvel. Diferentes velocidades y realidades. Aunque ninguno de los dos países, Israel y Francia, presenta un mayor ritmo de vacunación que España.

De hecho, de los once países que visita la Euroliga, ninguno avanza a mayor ritmo de inoculación que España. Por contra, será el que menos aforo permita en sus recintos junto con Italia, 35%. 4.651 espectadores en el Buesa Arena, 4.445 en el Forum Mediolanum… el Palau blaugrana se irá hasta los 3.034 y el Wizink Center a los 5.160 gracias al 40% que autorizan sus comunidades autónomas.

Nada que ver con los 10.728 aficionados macabeos que podrán asistir a la Mano de Elías. Con la presión ambiental que eso supone y que cualquier aficionado al baloncesto conoce. Aunque el equipo lleva varios años sin corresponderles. Una comunión perfecta entre equipo y afición es la que se vive en Kaunas, líder en asistencia media en las últimas cuatro temporadas. Lituania permite en estos momentos el 75%, por lo que, gracias a la amplia capacidad del Zalgirio Arena, que esta temporada cumple diez años, será el pabellón con mayor capacidad (11.500).

Con algo más de 9.000 podrá contar el Estrella Roja si se muda del icónico Pionir a un Štark Arena al 50%. En Turquía optan por una medida idéntica. La mitad del aforo, el equivalente a 6.750 aficionados del Fenerbahce y 8.000 del Efes, defensor del título. Misma cantidad de la que gozarán en Grecia, que establece un máximo ordinal y no porcentual de 8.000 personas como tope. Sea de la capacidad que sea el pabellón. Lo que representa el 67% del Pabellón de la Paz y la Amistad, las dos mentiras, donde debuta el Baskonia el 1 de octubre, y el 43% del OAKA de sus vecinos del Panathinaikos.

Alemania, por su parte, trabaja de una manera parecida a España. Será cada 'Lander' o Estado federal el que tenga la última palabra. Tanto Alba de Berlín como Bayern de Múnich trabajan en un escenario del 50%, aunque en el caso del Mercedes Benz-Arena de la capital germana, en donde se disputará la Final Four, todavía no ha sido aprobado. En Rusia, donde la variante Delta está haciendo estragos y más tendieron la mano a la normalidad la temporada anterior, aún no se han manifestado. El CSKA espera mantener los 3.000 espectadores, pero el Unics Kazán y el Zenit de San Petersburgo, que el año pasado en play off contó con el 75%, desconocen la cifra de seguidores que podrán acoger.

También queda la duda de por qué norma se regirá el Mónaco. Mientras Francia, en principio, le permitirá al Asvel sus 5.556 asientos repletos, el campeón de la Eurocup se mudará hasta el Azur Arena de la ciudad de Antibes, a 38 minutos de Montecarlo. Con un aforo de poco más de 5.000 espectadores, parecen más que suficientes para congregar a la afición monegasca, no muy interesada en los equipos deportivos del país –menos de 2.000 asistentes de media en la Eurocup 2019-2020 en el Gaston Médecin–. En lo que sí coinciden la gran mayoría es en los requisitos de entrada: mascarilla, vacunación o declaración responsable. Solo en Francia y Lituania exigirán el pasaporte Covid.