La 'cuestión hebrea' mantiene en alerta a la Euroliga
El torneo afronta una campaña 'caliente' con la presencia de Maccabi y Hapoel y la creciente oleada de protestas contra Israel por el drama de Gaza
La Euroliga arrancará el próximo día 30 con veinte equipos participantes, una nueva expansión a estrenar y un problema que sobrevuela su núcleo rector, la ... grave escalada bélica de Israel sobre Gaza y la creciente ola de protestas contra el estado hebreo y en solidaridad con el pueblo palestino. En los clubes que pelearán por el máximo título continental, se encuentra un clásico como el Maccabi y un recién llegado, el Hapoel Tel Aviv.
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El primero es miembro de pleno derecho, dueño de la exclusiva licencia A y copropietario de un torneo concebido como una empresa con sus correspondientes socios. El segundo se ganó su plaza tras proclamarse campeón de la Eurocup el pasado curso y aterriza con vocación de continuidad, respaldado por un presidente multimillonario Ofer Yannay, con una fortuna forjada en la explotación de energías renovables, y que se rebela ante la hegemonía histórica del Maccabi.
Ambos se sitúan en la parrilla de salida de la Euroliga 2025-26 al tiempo que el drama se cierne a raíz de las decisiones políticas y militares del país que representan. Mientras, la mesa de propietarios, a la que pertenece el Baskonia, opta por esperar acontecimientos, impasible ante protestas externas y sin postura pública frente a voces como la que alzó anteayer el diputado general de Álava, Ramiro González.
El máximo representante político del territorio exigió a la comunidad internacional mayor presión sobre Israel para que cese su ofensiva sobre Gaza e instó a la Euroliga a apartar a Maccabi y Hapoel de la competición. González no dudó en utlizar el término «genocidio». «Lo que ocurre en Gaza no es menos grave que la agresión de Rusia a Ucrania», equiparó el dirigente jeltzale, en recuerdo a la expulsión del CSKA, Zenit y Unics Kazán de la Euroliga tras la invasión ordenada por el Kremlin a territorio ucraniano en febrero de 2022.
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El veto a los clubes rusos sigue vigente, aunque dentro del ecosistema baloncestístico europeo pocos apuestan por que se tome una medida similar con el Maccabi y el Hapoel Tel Aviv. Sin embargo, desde la Euroliga también se asume que es un tema candente e incómodo. En realidad, la 'cuestión hebrea' es un foco de atención constante desde que el sangriento ataque sorpresa de Hamás contra Israel hace ya casi dos años provocara la furibunda respuesta del país hebreo y abriera un conflicto que sigue sin encontrar solución.
En el baloncesto europeo, pocos apuestan por que se aparte a los dos equipos de Tel Aviv
El estado de guerra en que se instaló Israel llevó al Maccabi al exilio continental, obligado por la Euroliga a disputar sus partidos como local en el Pionir de Belgrado a puerta cerrada. Fue una medida para garantizar la seguridad plena de los equipos visitantes que se mantendrá vigente en el curso entrante. También deberá acatarla el Hapoel Tel Aviv, cuya casa en su debut en primera línea continental será Sofía, la capital de Bulgaria. Mientras, la Eurocup también mantiene al Hapoel Jerusalem y la Champions League de la FIBA cuenta con el Hapoel Holon, ambos también con sede en Israel.
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La Euroliga también se prepara ante los problemas logísticos que pueden generar las visitas de los dos clubes hebreos a Turquía. Con una postura clara contra Israel y en favor de la causa palestina, el país gobernado por Recep Erdogan es un destino que prohibe el gobierno de Benjamin Netanyahu. En las últimas dos temporadas, los encuentros como visitante del Maccabi ante Fenerbahce y Anadolu Efes se terminaron jugando el enclaves neutrales como Kaunas (Lituania) o Riga (Letonia). Tampoco se prevé que el Hapoel Tel Aviv pise Estambul en la campaña venidera.
La posible suspensión de un partido por incidentes puede deparar la derrota del club anfitrión
La coyuntura política y bélica augura otra gira 'caliente' de los clubes hebreos en su recorrido por la geografía europea mientras el nudo bélico y humanitario de Gaza mantiene en vilo a la comunidad internacional. El Buesa Arena acumula un largo historial de protestas y veladas en las que la seguridad se redobla y el ambiente se enrarece con motivo de la llegada del Maccabi.
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Es una circunstancia que se puede dar en cualquier otra cancha, aunque en un recinto como un pabellón de baloncesto resulta más fácil establecer medidas de control que eviten situaciones de suspension como la ocurrida en la etapa de la Vuelta a España con llegada a Bilbao, que dejó desierto su ganador después de que las protestas propalestinas amenazaran el desempeño habitual del pelotón ciclista.
La posibilidad de llegar a la suspensión de un partido de Euroliga ante situaciones similares que se están viviendo en la Vuelta parece remota. Sin embargo, el reglamento de la Euroliga contempla las consecuencias de semejante escenario. Se trata de un caso que debería ser tratado por el Juez Único de competición y cuya resolución puede acarrear desde multas económicas hasta reubicación de fecha o lugar del partido o el veredicto más espinoso: que se dé por perdido el partido al equipo anfitrión.
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