La vieja guardia de la ACB amenaza el reinado insolente de Markus Howard

La fase regular en la última edición de la ACB concluyó hace cuatro meses y medio. Y un jurado compuesto por técnicos, jugadores, periodistas y aficionados eligió a Campazzo como MVP. Un premio justo aunque el enorme impacto de Howard, el favorito entre los medios de comunicación, peleó ese diploma con las tablas anotadoras de la ley a la vista. Sólo dos conjuntos, los que se enfrentarán precisamente el domingo a mediodía en La Laguna, metieron a una pareja de entre los suyos dentro de los dos 'cincos' del máximo nivel: Huertas y Shermadini por la parte insular; el tirador inaudito y Moneke en el bando vitoriano.

Al base argentino de la Casa Blanca y al compulsivo 'goleador' azulgrana se les unieron Feliz, Osetkowski y el pívot georgiano del Tenerife en el quinteto de gala. Así que el Real Madrid junta en su plantilla a los dos timoneles más cotizados de la última Liga. El dominicano deja Badalona para ocupar la plaza del retirado Chacho Rodríguez y Chus Mateo tratará de llenar el hueco de Rudy Fernández con un escolta canadiense llegado de Siberia (Rathan-Mayes) a quien los puntos se le caen de las manos.

Los protagonistas de la 'segunda unidad', baloncestistas que generarían peleas en el mercado de los clubes para unirlos a sus proyectos respectivos, también pueden mirarse como los adversarios naturales de Howard a la hora de concitar la admiración de profesionales y seguidores. Dos de ellos, Montero y Badio, han viajado a Valencia como estación de progreso en sus carreras. El primero deja a Natxo Lezkano en Andorra y el segundo sigue a Pedro Martínez, su mentor en Manresa. Huertas ampliará en Tenerife sus lecciones catedráticas del 'decíamos ayer', Brussino en la isla rival de Gran Canaria y Moneke continuará escribiendo versos libres, supervisados por Pablo Laso, en el coliseo imponente de Zurbano.

Así que la decena de actores con la estatuilla virtual de la última temporada en sus vitrinas forman la vieja guardia de la ACB, aun con cuatro jóvenes, que teóricmente le disputarán el galardón a 'San Markus', el evangelista azulgrana de cabecera. Pero no sólo de los apellidos familiares vive la ACB. También se renueva con algunos fichajes tan llamativos como el de Punter con el Barça o el de Ibaka en Madrid. Y mediante los retornos al campeonato español de los interiores Garuba, Dubljevic y Thompkins.

Cada entidad apuesta según sus intereses. El Baskonia, por ejemplo, opta por mantener en su grupo a los cotizados Howard y Moneke y extender el vínculo afectivo de Sedekerskis, su capitán todoterreno. Mateo puede alinear en el WiZink Center un 'cinco' de jugadores diferenciales para recitarlo de carrerilla: Campazzo, Musa, Deck, Hezonja y Tavares. El Barcelona de Joan Peñarroya compra el veneno de Punter, un anotador implacable en los momentos de la verdad, para sumarlo a la clase de Parker y el efecto devastador tantas noches de Laprovittola.

Hay tres equipos que, sobre el papel, avanzan una zancada con respecto al curso anterior. El Valencia de Jones y Ojeleye se referza con Montero, Badio y Costello. El Andorra eleva el listón de su perímetro con Evans y el triplista Kuric. Y el Zaragoza de Bell-Haynes envía un mensaje ambicioso por la llegada de Slaughter.

Atenciones se merecerán Willis, escolta de gatillo rápido en Tenerife y Tomic, el eterno pívot con alma de base que recita a los clásicos en cada una de sus actuaciones tras cambiarse en los vestuarios locales de Madrid, Barça y Penya. A la ACB vuelven dos hombres cuyos mejores tiempos se conjugan en pasado. El exbaskonista Hilliard, elegante zurdo en clubes europeos de alto nivel, acude a Lugo. Y Thompkins aportará su experiencia al debut del equipo coruñés.