Baskonia 88-90 Unicaja

Otro final maldito condena al Baskonia

Y eso que cerca estuvo el plantel azulgrana de cambiar su suerte cuando Kalinoski erró uno de sus dos tiros libres a ocho segundos del final que dejaba un 88-90 en el marcador y abría una puerta a la redención. No hubo manera. La escena final congeló una imagen dolorosa después de que Rogkavopoulos subiera el balón para entregárselo a Trent Forrest. El timonel principal azulgrana podía elegir entre buscar a Karmar Baldwin o Luwawu-Cabarrot, dos héroes tardíos en el último cuarto, o entregarle el balón a un Markus Howard que sabe 'matar' partidos con su arsenal ofensivo ya conocido. Entre tanta disyuntiva, Forrest tiró por la calle de en medio para ejecutar un lanzamiento triple a pesar de que sobraban aspirantes más acreditados para el papel de protagonista estelar del drama. Quizás lo que faltaba era tiempo y el temple suficiente. El caso es que un tiro fue demasiado corto. Tocó el aro cajista casi de milagro. A su espalda, las manos vacías de Howard esperando un balón que nunca llegará.

Fue el doloroso colofón de una mañana de emociones extremas en el Buesa Arena. La autodesignación de Forrest como salvador, decisión difícil de digerir para los entendidos de la grada azulgrana, flotaba en el ambiente de frustración tras un encuentro que complica todavía más la ecuación copera para el equipo vitoriano. Pero la lacerante escena final vino precedida de otro error de bulto que es como un golpe bajo cuando el reloj aprieta. Después de que ocho puntos consecutivos de Baldwin permitieran al Baskonia igualar el encuentro con un 86-86 a 52 segundos del final, la respuesta cajista dejó en evidencia al anfitrión. Tiro de Kendrick Perry, desatención reboteadora azulgrana y rechace en manos de Yankuba Sima para regalar otra opción de tiro al base de Atlanta, que aprovechó su segunda bala para anotar un triple que colocaba el 86-89 a diez segundos del cierre. Fue una palada que dejó al Baskonia a medio enterrar antes de que el lanzamiento triple errado de Forrest sellara la derrota definitiva.

Dos acciones claves y condenatorias. El Baskonia salió trasquilado en un duelo en el que recuperó a Luwawu-Cabarrot, pero se vio obligado a prescindir de Moneke debido a una lesión en su tobillo. Sin una de sus grandes bazas ofensivas, Pablo Laso hubo de reordenar la asignación de papeles en el puesto de 'cuatro'. Sedekerskis y Rogkavopoulos taparon la ausencia del nigeriano, pero se vieron doblegados en el pulso con un Dylan Osetkowski devastador como triplista abierto. Por sus manos pasó la reacción cajista después de un inicio fulgurante del Baskonia que descorchó el encuentro con un 19-5 en el minuto 5 al calor de un quinteto inicial de nuevo cuño, con la intensidad de Baldwin, los puntos de Howard y Raieste y el propósito general de defender y correr.

Pero los primeros relevos mostraron un problema recurrente en las filas azulgranas. Cayó la fluidez y la concentración atrás y el Unicaja acrecentó el ritmo de un duelo marcado por la igualdad hasta el descanso (40-42). El tercer capítulo fue un páramo para un Baskonia que flaqueaba a base de desatenciones, pérdidas de balón y lentitud en el balance defensivo. Los de Ibon Navarro abrían brecha en el inicio de la última entrega (56-69), Baldwin y Cabarrot alimentaron la esperanza a golpe de corazón hasta remontar el marcador y asomarse a otro final pleno de suspense, con salto al vacío sin agarre posible.