El Baskonia prepara una oferta para retener a Baldwin

Según ha podido saber este periódico, ambas partes llevan varias semanas conversando sobre la posibilidad de ampliar su vínculo. La entidad de Zurbano ya conoce los requerimientos del jugador y ha esperado a final de temporada para plantear una primera propuesta de renovación. Toda una declaración de intenciones en la que falta por concretar tanto la duración del contrato como especialmente las cifras económicas del mismo. El final de Baldwin en la fase regular de la Euroliga ya fue deslumbrante y varios de los equipos más potentes de la competición también han mostrado interés por hacerse con sus servicios.

El Maccabi lidera la lista de pretendientes, pero aún no ha sellado la contratación de su nuevo entrenador. Una labor que el Baskonia ya tiene más que adelantada, con la llegada de Joan Peñarroya, que ayer se despidió del Valencia Basket y a la que solo le falta la confirmación oficial. El temperamental técnico acostumbra a darle mucha importancia a los bases en su alegre estilo de juego y se entiende que habrá dado el visto bueno a su continuidad tras haberle sufrido en sus últimos partidos en La Fonteta.

El base de Nueva Jersey llegó el pasado verano a la disciplina azulgrana procedente del Bayern. De la mano de Trinchieri despuntó en la Euroliga, quedándose a una sola posesión de la Final Four, tras un deficiente primer año en el Olympiacos. Antes había sido primera ronda del Draft de 2016 (puesto 17) por los Memphis Grizzlies, donde no cuajó, lo mismo que las dos temporadas siguientes en los Portland Trail Blazers. Ahora, con 26 años, aspira a regresar a la NBA algún día y tratará de incluir alguna cláusula de salida en su contrato.

Baldwin ha vivido una primera campaña en Vitoria convulsa. Como él mismo reconoció en una entrevista a este periódico, la llegada de su primer hijo le descentró los primeros meses, en los que aguantó la incomprensión de Dusko Ivanovic para dar lo mejor de sí con Neven Spahija. Ha acabado como máximo anotador y asistente del equipo pese a sus desconexiones, que tampoco han llegado a ser cubiertas por ningún otro jugador.

Un aspecto importante de la negociación puede ser su pasaporte. El estadounidense tiene abierta la posibilidad de obtener una nueva nacionalidad comunitaria, el que sería el paso definitivo para asentarse en la ACB tras actuar en un partido oficial con el combinado correspondiente. De esta forma, dejaría de ocupar plaza de extranjero, lo que provocaría un aumento de su caché pero facilitaría la confección de la plantilla. Un acuerdo de conveniencia también para la inclinación histórica del club por la venta de jugadores si finalmente prolonga su contrato por más de un año.

A falta de bases cerebrales, su perfil explosivo y de corte ejecutor encaja en los bocetos del club. El dilema se establece por un carácter visceral que ya le ha costado alguna mala pasada. El Buesa, que le ha castigado con varias pitadas, puede ofrecerle la estabilidad propicia para acabar de establecerse como uno de los jugadores más diferenciales de Europa.