El Baskonia mitiga su falta de ensamblaje con fortaleza física
Los fallos severos empañan el séptimo triunfo seguido en el Buesa Arena, impulsado por el dominio del rebote y una chocante rotación final sin Samanic ni Rogkavopoulos
El Baskonia tuvo a bien incluir en la experiencia del partido de ayer al mago 'Sun'. El ilusionista hipnotizó en el descanso a la mascota ... azulgrana Aker e hizo un truco de escapismo tras el encuentro, dos habilidades que bien pueden resumir la actuación del conjunto de Pablo Laso. En su primer tiempo estuvo hechizado por un conjunto canario que supo defender los bloqueos directos y atacaba con fluidez y sentido colectivo. Y en el segundo, desertor de cualquier embrujo, el cuadro local impuso su superioridad física y de calidad y se llevó una victoria de deja el vaso medio lleno y medio vacío a la vez.
El conjunto vitoriano pasará una semana más fuera del play off –desde el pasado 16 de marzo, jornada 25– a causa de regalar el 'average'. Un saque de Trent Forrest de fondo se convirtió en una ofrenda para que Brussino restara dos puntos de desventaja. Y para completar los agasajos al equipo visitante, Moneke se despistó en la última defensa y permitió que Shurna anotara un triple liberado. Con un tiro libre a fallar de Cabarrot en el que ni Hall ni Sedekerskis creyeron en la lucha por el rebote, se culminó otro último minuto de terror.
Sumado al cuarto de hora funesto en el primer tiempo, la victoria, la séptima consecutiva en el Buesa Arena (tras Panathinaikos, Breogán, Barcelona, Maccabi, Granada y Zalgiris), quedó empañada. Ningún jugador parecía querer darle al bombo en la celebración que ahora lleva a cabo el club tras cada victoria en casa. En principio, ser maestro de ceremonias le corresponde al MVP del choque, pero ni Sedekerskis, que ya lo fue ante el Granada, ni Moneke ni Forrest, los otros dos más valorados, agarraron el mazo. Tuvo que ser Luwawu-Cabarrot el que, al igual que en momentos de atasco sobre la pista, diera un paso al frente.
En los últimos 90 segundos, los dos equipos dieron el triunfo por sentenciado y jugaron para disputarse la diferencia de resultados entre los encuentros de la primera vuelta y la segunda. Seis puntos a favor del Gran Canaria en la isla, cuatro para los vitorianos en Zurbano. Por suerte, los azulgranas aún están a tiempo de evitar que sea determinante el 'basket average', el primer criterio de desempate en caso de terminar la fase regular con las mismas victorias. Pero los errores tan llamativos serán difíciles de olvidar en caso de que tengan consecuencias negativas a finales de mayo.
El saque de fondo es uno de los talones de Aquiles del equipo. Algo tan rutinario como poner el balón en juego, muchas veces sin presión, se convierte en un dolor casi con total independencia de quién sea el ejecutor. En Andorra, un pase de Cabarrot no llegó a Forrest. Ayer, fue el base el que cometió la pérdida al final del duelo, pero Hall, en el primer cuarto, también regaló otro balón que terminó en canasta más tiro libre adicional para Miquel Salvó.
El buen trabajo del catalán en el poste bajo le complicó la tarde a Rogkavopoulos (-13 con él en pista), uno de los sacrificados por Laso en el segundo tiempo. El otro fue Samanic, al que le condenó una nefasta defensa sobre Brussino que supuso el 28-44. De nada le valieron sus dos mates posteriores. El Baskonia se fue al descanso entre tímidos pitos y con un escaso índice de circulación de balón y de faltas cometidas. Solo una en los nueve primeros minutos del segundo cuarto. Hall, Sedekerskis y Samanic, tres de los grandes, eran los máximos asistentes en el intermedio (2 pases a canasta cada uno). Quizás por eso Laso optó por dejar a Jaramaz (-11) en el banquillo y apostar por Howard como base. El movimiento mejoró al equipo y enchufó al tirador.
En el lado positivo, los de Laso controlaron el rebote después de varios partidos con problemas bajo los aros. Ante el Gran Canaria, apenas concedió 5 rebotes en ataque y 27 en total a los claretianos, por los 35 azulgranas, con 11 capturas ofensivas. Y en ataque hubo un balance equilibrado de las ejecuciones de los principales estiletes, con un 42% en triples y Moneke esta vez menos inspirado que Howard.
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