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La grada del Buesa Arena se sale pocas veces de esa compostura más reservada que pasional que impera durante las primeras partes de los partidos del Baskonia. Para hacerlo, necesita un motivo de causa mayor como el que ha encontrado esta temporada. El público de ... Zurbano siente como su estado de ánimo se acrecienta cuando observa que Nikos Rogkavopoulos va a saltar a la cancha. El alero griego engancha a la afición desde que pisa el parquet y, para activarse, brinca hasta situar las rodillas en su pecho. Un ritual celebrado como pocos; a la altura del nuevo ídolo local de estos días.
La temporada tan descorazonadora como implacable que lleva el combinado azulgrana ha disparado definitivamente la popularidad del jugador de 23 años, protagonista también desde el pasado verano de un ascenso deportivo en el que confiaban más en el seno del club que en el exterior. Su salto cada vez que ingresa en la cancha emula al que ha experimentado en la rotación de un año a otro desde su llegada a Vitoria. De secundario y por momentos residual tanto para Joan Peñarroya como para Dusko Ivanovic en su temporada de estreno en la Euroliga, a resultar capital como sexto hombre para un Pablo Laso al que va camino de conquistar a base de entrega.
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El alero griego es, junto al recién llegado Luka Samanic, el único jugador azulgrana al que el técnico vitoriano no ha alineado aún en ningún quinteto inicial de los 40 partidos oficiales disputados. «Es de lo poco que no hemos cambiado. Transmite mucha energía al equipo y a la grada cuando sale y eso me gusta», justifica el entrenador. La intensidad del internacional heleno fue la mejor terapia para combatir en el final del otoño la apatía del equipo en la que hasta su amigo Moneke quedó atrapado. Después del toque de atención de quedarse fuera de la Copa, todos los jugadores parecen desenvolverse más concentrados y responsabilizados.
La incidencia de Rogkavopoulos en el vestuario, uno de los más queridos por sus compañeros, se acerca a la que ha alcanzado durante los encuentros. Con apenas 3 minutos más de juego en la ACB (de 16 a 19) y 4 en la Euroliga (de 13 a 17), el alero de Marousi duplica casi todos los apartados estadísticos con respecto al curso pasado. En Euroliga, de 4,9 puntos a casi 10, se ha consolidado como uno de los jugadores más fiables para los finales de partido.
Ante el Real Madrid, además de firmar su segundo doble-doble de la temporada (22 puntos y 11 rebotes), cumplió con todo su repertorio. Desde la incapacidad de anotar los triples más sencillos, liberado y bien posicionado, y de convertir los más complejos, sea cual sea el rival que se le plante ante su rasurada barba, con una mecánica especialmente rápida y eficaz (42% de acierto en Euroliga).
También ciertos errores en la lectura defensiva que desquician a Laso. En pretemporada tuvieron un encontronazo durante la Euskal Kopa a raíz de esas «cagadas» que el de San Viator destaca que Samanic no comete. «Le tengo que hacer entender que si a todo lo que nos da lo unes a hacer menos fallos, sale un jugadorazo», reflexionaba el técnico antes de visitar Madrid.
A veces, de las crisis surgen jugadores distintos capaces de cambiar dinámicas. El griego ha dado un paso al frente ante las bajas de Cabarrot primero y de Sedekerskis después hasta mitigar el grado de sus ausencias en términos de calidad. Con el añadido, además, de que arrastra una pequeña lesión en su muñeca derecha desde mediados de noviembre. Un guerrero herido.
El club no ha parado de mostrarle su confianza desde su llegada el pasado verano. Compensó su discreta temporada inicial con trabajo individual y compromiso, como renunciar a los Juegos Olímpicos para cincelar su físico. Por el momento, el Baskonia no ha movido ficha en forma de oferta para renovar su contrato, que expira en junio de 2026. Pero sí se muestra convencido de seguir contando con él en el futuro.
La política de ventas de Zurbano parece haberse visto frenada en los últimos años en favor del rendimiento inmediato. Hace dos veranos, se frenó la salida de Costello al Maccabi pese a sabar que su renovación no sería sencilla y el pasado, ocurrió lo mismo con Moneke. Ahora Rogkavopoulos se erige como un ídolo inesperado. Aquel que recoge el testigo de un Vanja Marinkovic que celebra en la distancia su progresión. «Es un trabajador incansable. Como pocos he visto en toda mi vida, de verdad. Llegas al gimnasio y está. Sales a la cancha y está tirando. El año pasado, en los días libres, iba al pabellón a hacer algo. Lo que fuera. Es muy buen chico y tiene la mentalidad que Baskonia necesita», elogió el serbio en este periódico al inicio de la temporada.
Al Baskonia le frustran los errores propios y ajenos en los finales de partido ajustados. Con el del jueves ante el Real Madrid, son ya seis derrotas por una diferencia de apenas uno o dos puntos. Por contra, ninguna de sus nueve victorias ha llegado por una ventaja tan corta. En el cara o cruz, el resultado siempre le sale adverso. Solo en la primera vuelta ante los blancos lograron salir vencedores de un desenlace igualado.
La quimera arrancó en octubre en el duelo de París y su fatídico 1 de 26 en triples. Pese a contar con opciones de ganar, el triunfo se quedó en el fuego galo (67-65). El registro se ha acrecentado en el último tramo de la competición continental. El doloroso 81-82 encajado en el Buesa Arena ante el Virtus de Bolonia, con siete tiros libres fallados en el último cuarto (dos de Moneke, dos de Hall, dos de Howard y uno de Rogkavopoulos) y el tres más uno final de Clyburn, dio paso a una serie de maleficio azulgrana en lo que va de 2025.
El 73-75 contra el Estrella Roja con una canasta final de Canaan, el estrafalario 76-74 de Bolonia, con fallos desde la personal de Forrest y Rogkavopoulos, el 101-102 ante el Olympiacos tras varias decisiones arbitrales controvertidas y una debilidad final en el rebote defensivo y la ya mencionada en el Movistar Arena por 90-89 con el triple final de Hezonja. De haber conseguido alguna victorias en estos duelos tan equilibrados, el Baskonia estaría más cerca de un play off que ya ve a cuatro triunfos de distancia a falta de once jornadas.
En ACB, el balance es algo más favorable. Al inicio de curso, logró dos ajustados triunfos ante UCAM Murcia y Barcelona, además del último del 2024 en Manresa. Baldwin, autor de la canasta definitiva en el Nou Congost, es el baskonista que más ha anotado en los cinco minutos finales en esta primera vuelta (21 tantos), según los datos reflejados por El Rincón del SuperManager.
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