El Baskonia empieza a digerir la decepción copera en Vitoria
El equipo azulgrana llega con caras largas a la capital alavesa tras la estrepitosa eliminación de Copa ante el Joventut
El Baskonia ya está de vuelta en Vitoria. Condenado a un regreso mustio y precipitado tras claudicar de forma estrepitosa ante un Joventut mucho más ... enérgico. El equipo azulgrana tomaba el avión a las 9 de la mañana en el Prat de Barcelona, para aterrizar en Bilbao hora y diez minutos después y desplazarse en autobús hasta el Buesa Arena. Con caras largas, en silencio sepulcral solo roto por el movimiento de las maletas y en proceso de digerir una derrota decepcionante en la primera cita importante de la temporada.
Buena parte de los jugadores ha optado por bajarse del autobús con capucha, sin poder ocultar la tristeza de un equipo que rindió por debajo de las expectativas. La desalentadora eliminación de anoche, evidenciada en el rostro de un Sedekerksis al borde del llanto, se puede explicar de manera coyuntural, como si hubiera sido un mal partido en el peor momento posible de un equipo que solo había perdido 15 partidos de los 44 disputados hasta el inicio del torneo. Pero el varapalo tiene una magnitud proporcional a la ilusión que despertó el equipo de Peñarroya en el mes de diciembre y ahora hecha añicos en apenas 20 minutos de juego.
El Joventut anotó 59 puntos en la segunda mitad, la puntuación más alta en lo que va de siglo en una sola parte de un partido de Copa. «No hemos defendido. Somos un buen equipo cuando jugamos juntos y no cada uno por su lado. Vinimos con la idea de ganar y, haber jugado así, es una decepción», resumió Costello en zona mixta. Un récord en contra sangrante por los problemas en el rebote y una preocupante sensación de falta de recursos cuando Thompson descansaba en el banquillo y Howard, lastrado por las faltas, mostraba cierta ansiedad tras cada fallo en el tiro.
La Copa del Rey apunta a ser un antes y un después en la temporada del Baskonia. El equipo, aún aturdido con el varapalo, descansará el fin de semana, y tratará de empezar a recuperar la credibilidad el viernes en Bolonia ante la Virtus. Restan diez jornadas para el final de la fase regular de la Euroliga. Los azulgranas llevan desde la primera en los puestos de play off y quedar apeado será otro duro golpe para el vestuario y para la afición, decepcionada por la secuencia de desencantos vividos en los últimos catorce años sin llegar a una final de Copa.
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