Vildoza, dueño del timón baskonista hasta 2024

El albiceleste está destinado a ser un hombre de referencia en el proyecto azulgrana. De hecho, ya lo es, más por su calidad y su virtuosismo que por unas dotes de liderazgo que el tiempo y la experiencia todavía tienen que apuntalar. Vildoza está en el buen camino, pero no es menos cierto que sus virtudes baloncestísticas también lo convierten en una pieza susceptible de ser traspasada a cambio de una compensación económica. Es el sino de todo jugador de alto nivel que vista la camiseta baskonista.

La ampliación del contrato de Vildoza hasta 2024 también establece los nuevos parámetros ante un posible escenario de venta, con sus correspondientes condiciones dependiendo de que el postor llegue de territorio europeo o desde la NBA. La constante histórica del Baskonia siempre ha tendido a colocar en el escaparate a sus jugadores de mayor valía. En el caso del argentino, no hay una perspectiva de venta inmediata. Por contra, se confía en que el timonel pueda continuar con su maduración hasta asentarse como un pilar sólido del conjunto vitoriano.

Este es el plan que traza el Baskonia para un jugador que cumple la segunda temporada en sus filas. Luego, la locura del mercado estival y la llegada de ofertas más o menos millonarias pueden hacer reconsiderar la situación. Tampoco sería la primera vez que sucede. El precedente más claro se remonta al verano de 2008. La incorporación de Goran Dragic a la disciplina azulgrana tras dos de cesiones en Murcia y Liubliana quedó en historia breve cuando los Phoenix Suns se cruzaron en su camino y apostaron fuerte por su reclutamiento inmediato. La trayectoria del base esloveno en la mejor competición mundial es historia. Vildoza es un jugador seguido por los ojeadores de la NBA, como otros tantos que destacan en el baloncesto europeo.

Los límites del argentino están todavía por explorar, aunque las expectativas del Baskonia apuntan alto. Ya lo hacían cuando la joven promesa argentina firmó por cuatro temporadas con el club de Zurbano en el verano de 2016. Tras un curso más cedido en Quilmes, su equipo argentino de formación, Vildoza arrancó la pasada campaña a las órdenes de una figura protectora como la de Pablo Prigioni para después ahondar en los problemas de aclimatación en sus primeros pasos con Pedro Martínez. Con la veteranía de Granger y Huertas como competencia directa, jugador de Mar del Plata terminó por convencer al técnico catalán hasta ascender en la jerarquía y convertirse en el base de referencia del conjunto azulgrana en el play off final por el título de la Liga ACB ante el Real Madrid.

En el presente curso, la lesión de tobillo de Granger ha dado paso a una convivencia armónica entre Vildoza y Huertas, hasta el punto de que ya es un recurso habitual que el argentino explote su vena anotadora en la posición de escolta.