El Baskonia añora la solidez reboteadora
Concede cuatro capturas en ataque en los tres minutos y medio finales y desaprovecha otra completa actuación de Giedraitis y Thompson
Cuando un equipo que promedia 70,4 puntos mete 89, un jugador con 5 triples de 33 intentos anota la misma noche 4 de 6 ... y ese mismo rival captura 13 rebotes más, lo normal es que pase lo que le ocurrió ayer al Baskonia. Los azulgranas sufrieron una derrota dolorosa en Milán, la cuarta consecutiva fuera de casa, en una serie de encuentros en los que ha navegado en la impotencia de ver cómo disminuyen sus porcentajes de acierto en triples.
Ayer, un 25% (8 de 32), en otro 2 de 10 de Howard, 1 de 5 de Marinkovic, 1 de 4 de Thompson, 0 de 3 de Hommes y 0 de 2 de Costello. Un aspecto coyuntural que en el cuadro azulgrana no tiene tanto que ver con los puntos que deja de anotar si no con los que recibe de más. Sus grados de autoestima decrecen cuando no se escucha el sonido del balón dentro de la red y suponen un descenso en la intensidad defensiva. La misma que adoleció a medida que pasaban los minutos en el Forum Mediolanum y no era capaz de despegarse en el marcador.
Con especial énfasis en una segunda mitad en la que el Baskonia añoró la solidez reboteadora que sí ha tenido en otros momentos de la temporada. El Milán atrapó doce rebotes en ataque. Messina combatió con una reducida rotación de nueve jugadores y siete de ellos se fueron con alguna captura ofensiva. Con mención estelar para Luwawu Cabariot y Kyle Hines, los beneficiados de los cuatro tiros errados y que los jugadores alaveses no lograron retener entre sus manos durante los tres minutos y medio finales. Cuatro segundas opciones que los lombardos aprovecharon para establecer un parcial de 9-2.
Voitgmann resurge
Por ahí se le fue el partido a un Baskonia que vuelve a Vitoria con la misma sensación que en sus salidas a Berlín y anteriormente al OAKA. Sin necesidad de lucir un instinto depredador, con solo haber sacado los colmillos ante un rival mucho más que herido, hubiera podido sumar un nuevo triunfo. El 15% en el lanzamiento exterior que acreditaba hasta ayer Voigtmann es una representación fehaciente del desalentador curso del conjunto de Armani. El alemán no anotaba un triple en Euroliga desde el 28 de octubre en el Palau. Tres meses después, el exazulgrana recuperó su buena muñeca. Sus 16 puntos, los 17 del francés Luwawu-Cabarrot, alero especialista en labores de intendencia y la aparición final del debutante Napier, le bastaron al Armani para abandonar la última posición de la tabla.
Otra derrota en la casa del colista para el escuadrón de Peñarroya, que desaprovechó el soberbio partido de Giedraitis (18 puntos y 6 rebotes) y Thompson (19 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias). El lituano, que se fue casi a los 35 minutos ante la manifiesta debilidad física de Sedekerskis, sostuvo al Baskonia hasta que Howard dio con el camino hacia al aro.
Por otra parte, los once minutos que Thompson no estuvo sobre la pista volvieron a suponer un problema para los azulgranas pese al debut de Heidegger, un base de los de ahora. Que primero quiebra al rival y luego busca el pase. Sus únicas similitudes con su compañero al timón es que no hace muecas y trata de imprimir un ritmo elevado al juego, con menos posesiones azulgranas de lo habitual debido a su debilidad en el rebote.
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