Baloncesto en un mar de incógnitas

A partir de ahí, se suceden las incógnitas. Tanto la ACB como la Euroliga ya han establecido sus primeras fechas -el calendario completo, en el caso del torneo continental-, pero eso no es garantía de que la hoja de ruta pueda cumplirse sin sobresaltos. La competición doméstica arrancará el fin de semana del 19 y 20 de septiembre. Lo hará con 19 equipos tras la inclusión final del GBC. El Baskonia, sin embargo, volverá a competir una semana antes, en la Supercopa. El día 12 se medirán en semifinales ante el Barcelona en Tenerife. La final se juega al día siguiente.

Ese torneo impedirá al club azulgrana -al igual que a dos de sus acompañantes, el propio Barça y el Real Madrid- acudir a la competición especial de pretemporada de la Euroliga. Con el elocuente nombre de 'We're back preseason tour' (tour de pretemporada estamos de vuelta), ocho equipos se enfrentarán en dos sedes, Kaunas y Valencia, antes de dar comienzo a la temporada el 1 de octubre.

Si los planes de ambos organismos salen bien, el basket volverá en todo su esplendor dentro de poco más de un mes. Pero el coronavirus y su cambiante e inestable realidad amenaza cada día con dinamitar el tablero. Los jugadores viven inmersos en una burbuja de mascarillas e hidrogel, pero no están aislados como en el play off especial por el título liguero. El virus puede aparecer -de hecho, ya lo ha hecho en otros equipos, tanto nacionales como internacionales- lo que pondría en jaque la propia pretemporada azulgrana y su presencia en las competiciones.

Por lo pronto, se acabaron las concentraciones lejos de Vitoria. Lo que era habitual otros cursos, pasar varios días, como norma general, en los Pirineos, se convertirá en una pretemporada con sede en el Bakh y con desplazamientos contados. Los partidos, como sucede con el Alavés, serán contra equipos cercanos y en las instalaciones de los propios clubes. Uno de eso rivales será el Pau Orthez francés, como anunció el director deportivo baskonista, Félix Fernández.

Los encuentros se jugarán, salvo excepciones muy concretas, a puerta cerrada. Esa será la tónica general durante los primeros meses de la temporada. Nadie sabe cuándo podrán volver los aficionados al pabellón. En cualquier caso, la Euroliga ha preparado un protocolo para facilitar el regreso a las gradas. Así, recomienda que, llegado el momento, la entrada a los recintos sea escalonada, con control de temperatura y la distancia social. También dentro de los pabellones, donde recomienda que los aficionados eviten elementos en papel para entradas u otro tipo de material. Además, considera positivo recabar la opinión y consejo de epidemiólogos.

¿Y para los profesionales? El propio sindicato de jugadores de la Euroliga (ELPA) explicó a sus asociados que, junto a la organización, analizarán «a mediados de septiembre» la situación de cada club y la posibilidad de alterar la fecha o sede de algunos encuentros. Lo que está claro, en palabras del ELPA, es que los clubes no serán puestos al completo en cuarentena a la hora de viajar. Eso sí, no descarta la opción de suspender la temporada si resulta imposible desplazarse o respetar los protocolos sanitarios.

El caso de la Euroliga, con clubes de 15 países y que ya vio imposible, pese a sus planes, reanudar la pasada temporada, es más complicado que el de la ACB. Aunque tampoco es sencilla la situación del torneo doméstico, uno de los pocos que logró terminar la pasada temporada, gracias a un formato especial de total aislamiento.

Una vez resuelto el número de clubes tras la aceptación del GBC por mandato judicial -aunque la liga todavía podría estirar la batalla en los juzgados-, serán 19 los equipos. Es decir, al ser impares uno descansará cada semana. La competición todavía debe reunirse con los clubes para terminar de determinar las medidas de seguridad antes de arrancar el torneo. Aunque, de momento, no se sabe nada más allá de una fecha que podría variar. El baloncesto quiere volver, pero todavía nadie ha dicho su última palabra.