Así se vivió la gabarra en Getxo, Portugalete, Sestao Barakaldo y Erandio

Antes de desatar la locura en la villa, la gabarra hizo las delicias de miles y miles de aficionados a su paso por diferentes municipios del Gran Bilbao. Así lo vivieron los athleticzales en Getxo, Portugalete, Sestao, Barakaldo, y Erandio.

La expectación ayer en Getxo por ver salir a los flamantes campeones de la Copa del Rey a bordo de la gabarra era máxima. El ambiente que se respiraba en Las Arenas desde primera hora de la mañana dejaba muy claro que se trataba de un día histórico. A las once de la mañana –cinco horas antes del paso previsto de la gabarra– ya se contaban por decenas las cuadrillas apostadas en el muelle Churruca con sillas, neveras, sombrillas y todo tipo de viandas para hacer más llevadera la espera.

Diez minutos antes de las cuatro de la tarde –con uno poco de retraso sobre el horario previsto– la plantilla hizo acto de presencia en el planchado del Marítimo, al que accedieron por el garaje del club y se desató la locura.

El paseo junto a la ría, a ambos lados del Puente Colgante, comenzó a llenarse de familias y cuadrillas que no querían perderse este momento histórico. Pasadas las 16.30 horas, la pasión desbordó Portugalete con una marea rojiblanca de gritos, cantos, pitidos, aplausos y lágrimas. «¡¡Ya vienen!!». Miles de personas acudieron a la llamada de los 'leones'. «Más de las 50.000 que se esperaban», apuntaban a este diario fuentes municipales.

los jugadores del Athletic, pero también el más de centenar de barcos que les acompañaron, desatase la locura casi cuando las agujas del reloj enfilaron las 17.00 horas. Gritos, abrazos, cánticos y más de una lágrima... Las emociones se mezclaron en una montaña rusa cuando se les veía atravesando el Puente Colgante. La imagen era la misma que muchos de ellos tenían en el recuerdo, pero que no la habían podido disfrutar con sus propios ojos.

Casi un millar de personas se concentraron en el espigón de La Benedicta, aunque únicamente 750 de ellos se quedaron a centímetros de tocar la lámina de agua y estar en un lugar privilegiado. El resto se tuvo que conformar con estar detrás del cordón de seguridad diseñado para la ocasión.

Barakaldo, la segunda urbe de Bizkaia, volvió a quedarse ayer pequeña, tal y como sucedió hace 40 años, al paso de los campeones de Copa. La panorámica en este punto fue ayer bien distinta de la de entonces, pero eso sí, con la misma pasión desbordante . Ya sin Altos Hornos, y sin sus obreros tiñendo del azul de sus monos la margen izquierda de la ría, saludando con sus cascos al cielo, y haciendo sonar las sirenas de la factoría, en esta ocasión miles de personas se arremolinaron en la zona más próxima al Nervión para tratar de retener, y sobre todo disfrutar, de un nuevo momento para el recuerdo gracias al Athletic.

La gabarra adelantó su aparición por Erandio. Estaba previsto que pasara por el municipio sobre las cinco y media de la tarde, pero pasaban unos minutos de y cuarto cuando la primera trainera que escoltaba al Athletic encendió los ánimos de los presentes. Miles de athleticzales se concentraron en el muro que da a la ría, poco antes del puente de Rontegi.

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