Los veteranos del derbi lo tienen claro: «Mejor ganar que jugar bonito»

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El exjugador y exentrenador del Athletic vivió un buen número de derbis en sus 17 temporadas como futbolista, además de los que disputó desde el banquillo rojiblanco. En su memoria se acumulan recuerdos, aunque a la hora de decantarse por uno, se queda con la victoria el día después de Reyes de 1973. «Marqué el gol de la victoria», recuerda.

Así es. El equipo que entonces entrenaba Miroslav Pavic empezó perdiendo aquel derbi de San Mamés, ya que Marco Antonio Boronat puso por delante a la Real Sociedad en la primera parte. El Athletic se hizo con el mando del encuentro en la segunda mitad, pero tardó en darle la vuelta al encuentro. Primero Lasa y después Rojo, en la recta final del duelo, dieron una alegría a la afición de San Mamés. «Me quedo con ese recuerdo porque mi remate sirvió para ganar y porque además fue de cabeza. Me elevé por encima de la defensa y marqué, fue un buen gol», rememora Rojo.

El periódico Estadio así lo reflejó al día siguiente. «¡Qué gran gol el suyo! Realmente precioso, con una 'suspensión' digna del mejor baloncestista».

De los duelos que se disputaban en Atotxa recuerda la «dificultad que entrañaban, porque muchas veces estaba el campo embarrado y la Real se adaptaba mejor a las circunstancias». Y de su etapa como entrenador se queda con uno de Anoeta donde el Athletic se llevó los tres puntos. «Ganamos 0-2 con goles de Joseba Etxeberria».

«Yo ya había jugado contra el Athletic y la Real cuando jugaba en el Atlético», recuerda Javier Irureta. Pero su mejor recuerdo de los derbis disputados en San Mamés es el primero que disputó. «Ganamos 2-0 (fue el 30 de noviembre de 1975). Marcó Dani y el segundo yo. ¡No se puede olvidar! Mi primer derbi y mojé», recuerda Jabo.

«Siempre han sido partidos bastante tensos, disputados, pero siempre con deportividad y mucho respeto. Siempre ha sido una gozada jugar los derbis. Me quedo con ese derbi, pero tampoco puede olvidar el de la ikurriña (5 de diciembre de 1976), aunque fuera en Anoeta. Yo no salí de titular, Koldo Agirre me reservó, porque a los pocos días teníamos partido en Europa contra el Milan. Salí en la segunda parte (el resultado fue 5-0 para los guipuzcoanos). Pero sobre todo me acuerdo de ese primero por él».

Otro recuerdo que le viene a la memoria es el partido de homenaje a Iribar (fue el 31 de mayo de 1980 en San Mamés). «Yo ya tenía los problema de osteopatía de pubis, pero conseguí el primer gol del Athletic con Arconada en la portería de la Real (y el único, porque la Real ganó 1-3 en aquel encuentro). Pero como te decía al principio, el mejor fue el primero, porque debuté y marqué. Fue mi primer derbi vasco con el Athletic».

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Con Andoni Goikoetxea no hay duda. «Me quedo con el último derbi, cuando quedamos campeones», sentencia. El exdefensa del Athletic recuerda que ese derbi «llevaba mucha carga de emoción y sabíamos que si lo ganábamos éramos campeones. Había cierto nerviosismo... Empató Uralde, pero Rocky metió los dos y levantamos el título. Aquel día no había ninguna sensación, solo la certeza de que había que ganar sí o sí. Era un partido que nos daba todo el trabajo de la temporada yteníamos que ganarlo. Hubo una gran presión por todos lados y sabíamos que la Real iba a venir por nosotros. Eran complicados y duros. Vino la victoria, los dos goles de Rocky y estalló el éxtasis. Otro título de los grandes que tiene el Athletic. Ha pasado mucho tiempo y aquella generación de jugadores es de leyenda».

'Goiko' recuerda que «empató Uralde y se nos echó todo encima. Pero había tiempo y tocaba apretar, Hacíamos muchas ocasiones y así llegó el segundo. había tensión y nadie regalaba nada. Fue una victoria escrita en los libros de oro de la historia del Athletic».

El exdelantero de Tudela se centra más en los recuerdos sobre un entrenador que en un partido en concreto. «Me quedo con los derbis jugados con Heynckes, digamos el de la temporada 2001-2002. Los puntos valen lo mismo, pero sabemos que al aficionado ese día le gusta ganar. Siempre le gusta ganar, pero es día mucho más. El ambiente se deja sentir desde los prolegómenos y el jugador se impregna de todo eso. Hay que salir con una activación idónea, porque sobreactivarse es malo», advierte Urzaiz.

El exrojiblanco recuerda que en los derbis «no suele haber buen juego, pero son muy intensos. Impera más el ganar que jugar bonito ese día. En los derbis no suele practicarse un fútbol exquisito, elaborado, porque hay mucha batalla, contacto e intensidad. Son días de fútbol vasco, de garra y de pasión», recuerda Urzaiz.