Vencedor y Vesga, la pareja que cambió el fútbol del Athletic

Sorprendió la decisión del deriotarra de dinamitar el centro del campo ante el Betis, que justificó su etiqueta de coladero. Un entrenador conservador y jerárquico como él, poco dado a cambios y experimentos, desactivó a dos de sus fijos y apostó por dos meritorios. El Athletic demostró desde el pitido inicial que su idea de fútbol pasaba por ser protagonista, valiente y entregado a la causa ofensiva. No hubo tantos pelotazos ni juego directo, sino que cultivó un juego más elaborado. «Todos hemos hecho un partizado. Es la línea a seguir», dijo Vencedor a la conclusión del choque. «Con esfuerzo y trabajo, las victorias van a llegar. Yo voy poco a poco, cogiendo minutos. Me ha tocado salir de inicio. Hay que aprovechar las oportunidades». Lo hizo.

Se entendió bien con Vesga, una pareja que no perdió su posición. Tampoco tuvo excesivos problemas con la medular bética, bastante desconectada con Guido y Carvalho, incapaz de controlar a los rojiblancos. Por primera vez en mucho tiempo, el Athletic se preocupó más de construir que de destruir. El resultado no pudo ser mejor porque el equipo se sintió a gusto con el bastón de mando y la mirada fijada en los dominios de Bravo. Garitano agotó los cinco cambios, pero su centro del campo se mantuvo hasta el final. No quiso tocar su pequeña obra y dejó que terminara su trabajo.

Di Stéfano dijo una vez que «el balón está hecho de cuero, el cuero viene de la vaca, la vaca come pasto, así que hay que echar el balón al pasto». Fue justo lo que hizo el Athletic ante un Betis que no sabía por dónde le daba el aire. Los rojiblancos se propusieron acelerar la circulación de balón, ensancharon el campo, combinaron y aparcaron el pelotazo. Raúl García no estaba en el campo -entró en la segunda parte- por lo que los canales de distribución fueron otros. Vencedor se atrevió además con dos o tres pases de calidad. «Ha sido una buena victoria», dijo.

El bilbaíno, que solo había participado ante el Granada (10 minutos) y Levante (4), terminó el partido con 36 pases y una efectividad del 75%. No hizo una sola falta y tampoco recibió ninguna. Vesga dio 39 pases (74,4%), remató dos veces y cometió cinco faltas. Al Athletic no necesitó la posesión -el Betis acabó con un 60%-, sino criterio y buen trato de balón. Con ello descosió a un rival que por algo es el más goleado de la categoría.

El equipo sacó adelante un compromiso marcado en rojo y lo hizo con un centro del campo inédito y la primera titularidad de Villalibre. ¿Resultado? Un victoria contundente que Dani García, Unai López y Raúl García vieron en el banquillo. Solo el navarro dispuso de unos minutos en la reanudación. ¿Repetirá Garitano en Getafe o volverá la vieja guardia?