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Jon Uriarte se enfrenta hoy a su segunda asamblea de compromisarios (19.00 horas, Palacio Euskalduna). Lo hace con su equipo en buena posición deportiva -sexto, pese a los decepcionantes resultados de las últimas jornadas- y con una situación económica inquietante porque se mantiene el consumo de las provisiones. Los directivos piden a los socios su apoyo para seguir con su plan de gestión. La pasada campaña lograron un refrendo del 75%.
La doctrina Uriarte en el apartado económico se basa en la contención, un asunto al que los dirigentes aplican gran tenacidad, y en aumentar los ingresos. En el primer punto se han ahorrado 3,3 millones mientras que por el segundo han obtenido diez más.
Las pérdidas de la pasada campaña fueron de 21,5 millones, paliadas porque se echó mano de las provisiones. Uriarte somete un presupuesto de 128,7 millones sin números rojos porque se sacan de la 'hucha' 16.
Las mayores tensiones se vivirán al votar el reglamento disciplinario y el de acceso y permanencia en los recintos deportivos. La distancia entre la junta directiva e Iñigo Cabacas Herri Harmaila se incrementa en este asunto. Este grupo convocó una huelga de animación al inicio de campaña y ahora pide el sufragio en contra en estos dos puntos. El lema que emplean es «Por un Athletic popular, vota no».
La junta es consciente por ese lado sufrirá la mayor oposición, pero insistirá en la necesidad de aprobar unos textos que dejen claras las normas de comportamiento de los socios para evitar la politización del estadio y las constantes sanciones que llegan a Ibaigane.
El club reveló que la pasada campaña hubo cinco expedientes a socios. Uno fue archivado y cuatro derivaron en sanciones. Uno fue expulsado y a tres se les aplicaron suspensiones temporales. «Por esas conductas muy graves, el club fue sancionado», recordó la directiva. Esta campaña se han recibido multas en tres de los seis partidos de San Mamés, según explicó la junta a un grupo de compromisarios en una reunión en San Mamés.
La asamblea será además testigo de la intervención de dos socios en la que van a pedir una reflexión sobre la filosofía. Su idea ayer era salir al estrado. Uno plantea la necesidad de que se cree una comisión para debatir sobre el asunto mientras el segundo da un paso más y pide que se abra el club a los hijos de vascos.
El asunto, en principio, quedará ahí porque será planteado en ruegos y preguntas. En todo caso, su aparición en el estrado tiene el alto valor simbólico de que en el principal cónclave de socios rojiblancos se hable de filosofía.
La junta quiere mantenerse al margen del debate. Su plan pasa por responder que en la entidad hay cauces democráticos recogidos en los nuevos Estatutos para promover ese tipo de cuestiones.
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