Unai Gómez, el gran protagonista en la victoria del Athletic. Vota por el mejor

Partido bastante tranquilo para el guardameta de Murgia, que eso sí, ha vuelto a aparecer cuando hacía falta. Y eso ha sucedido en un gran remate de Sandro en el minuto 67 al que ha respondido con un gran despeje.

Buen momento de forma el del central rojiblanco, que no dio opción a que Kaba, Munir y Marvin. Se ha hecho con los galones de la defensa gracias a su pundonor y su coraje. Eso sí, a la hora de jugar el balón le sigue costando más de lo deseado.

Le costó más que en el encuentro frente al Atlético, quizá por los problemas que le creó por su zona Marvin. Tuvo la suerte de que el VAR no entendió que era penalti su acción con el futbolista insular. A partir de ahí no se le vio cómodo en el partido.

De lo más destacado una vez más en el Athletic. Se ha asentado como titular y le da igual dónde jugar, en la izquierda como lo hizo durante la lesión de Yuri o por la derecha como ahora, en lugar de De Marcos. Cada vez con más confianza, se atreve a subir la banda y a desbordar a la defensa rival.

Otro partido de lucha y esfuerzo para cerrar el lateral. No se le ve en plenitud física y por eso ahorra fuerzas a la hora de proyectarse por la banda como a él le gusta. En luchar de eso, se aplica para sellar su costado y tirar de experiencia para mantener el orden defensivo.

No fue su mejor partido. Intentó una vez más realizar su labor de enganche con los hermanos Williams y Guruzeta, pero pronto se topó con el orden táctico de la UD Las Palmas, que apenas le dejó maniobrar. Desacertado con el remate, en dos claras ocasiones que desperdició. Reemplazado por Valverde.

Del gran rendimiento frente al Atlético pasó a ser intrascendente frente a los insulares. García Pimienta colocó un trivote en el centro del campo que ahogó tanto a Herrera como a Prados, que tuvieron muchos problemas para maniobrar e intentar presionar como acostumbra el Athletic.

Tercer encuentro consecutivo como titular en la Liga, pero esta vez se vio superado por el rival. No se le puede negar esfuerzo ni lucha, de hecho terminó tocado muscularmente, pero no encontró soluciones para el centro del campo rojiblanco.

Tuvo un papel más secundario que en partidos anteriores. El mayor de los hermanos, en el que pudo ser su último encuentro antes de marcharse a la Copa África, lo intentó pero no tuvo los espacios para correr de otras veces. Acabó de delantero centro tras marcharse Guruzeta.

Al igual que su hermano, tuvo un rendimiento más intrascendente que por ejemplo frente al Atlético. Trató de desbordar todas las veces que pudo, pero el orden táctico de la Unión Deportiva le tenía preparada una vigilancia especial.

Vivió la otra cara de la moneda. Después de unos partidos demostrando su capacidad goleadora, ante el club insular desperdició un penalti que hubiera servido para abrir el encuentro al final de la primera parte. Se le vio frustrado y terminó en el banquillo demasiado pronto.

Fue el héroe del encuentro con el gol de la victoria en la última jugada, en un remate lleno de decisión. Pero además, fue el revulsivo que necesitaba el Athletic en la segunda parte, porque su presencia se notó para que el equipo se impusiera fisicamente a su rival. Un partido inolvidable para él.