Unai Simón, el número uno está de vuelta
Unai Simón, quien se operó en julio de muñeca, jugó su primer partido de la temporada medio año después de su último partido con el Athletic
Unai Simón jugó este jueves su primer partido de la temporada en el que apenas tuvo trabajo, casi nada, un espectador de lujo que disfrutó ... de unas vistas privilegiadas desde su posición de '1'. Aplaudió los tres goles de sus compañeros, canjeados por la victoria ante un flojo Elfsborg que no dio señales de vida en el área de influencia del guardameta internacional, quien tuvo un aterrizaje más suave que una bufanda de cachemira tras su operación de muñeca en julio. «Siempre es bonito jugar en San Mamés. Después de estar cuatro meses parado -en referencia a la cirugía-, volver aquí con la gente ha sido muy especial para mí», comentó el alavés nada más terminar un encuentro en el que no hizo falta que interviniera. Ni un solo remate a puerta, ni un balón complicado por alto, ninguna exigencia, apenas un acercamiento de Besfort Zeneli en la recta final de la primera parte que no supo resolver ante el número uno.
Medio año después de su último partido con el Athletic en Vallecas, donde puso el lazo al Trofeo Zamora, Unai Simón volvió a ponerse bajo los palos de La Catedral. Saltó al césped y luego se metió dentro para continuar con los ejercicios de calentamiento, una 'desaparición' que alarmó a más de uno hasta que se le volvió a ver en la formación inicial. «Cuando me acerco a cada fondo y me reciben como me reciben... es algo inexplicable, una sensación muy bonita», manifestó el portero sobre el cariño de la grada. Incluso lució el brazalete de capitán por primera vez en su carrera. «Cuando vino Iñaki (Williams) no sabía qué quería». El delantero le puso la ikurriña en el brazo al ser sustituido por Berenguer, y poco después el propio guardameta se la entregó a Lekue. «Todavía me falta rodaje, medir las distancias e interpretar el juego para volver a ser el Unai Simón del año pasado», confesó el de Murgia.
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Jugar «cualquier partido»
El último compromiso del alavés fue la final de la Eurocopa en Alemania, donde levantó el título de campeón. Luego pasó por el quirófano para, según recordó este jueves, poner remedio a una lesión que llevaba tiempo torturándole. «Eran dos años con molestias». De hecho, confesó que ante el Elfsborg todavía las tenía «pero no me impedían jugar. Seguimos en una dinámica de recuperación, cogiendo el ritmo con el grupo y en los partidos. Poco a poco estoy volviendo al nivel de la pasada temporada», explicó Simón, hambriento de continuidad y horas de fútbol tras cuatro meses parado.
Una vez certificado su regreso al 'verde', la pregunta que se impone es la siguiente: ¿Qué planes tiene Valverde para sus dos porteros? ¿Cómo repartirá el pastel de las cuatro competiciones? «Espero jugar cualquier partido. El listón lo dejé donde lo dejé el año pasado», comentó el campeón de Europa cuando se le recordó el nivel mostrado por Agirrezabala y Padilla. «No sé si lo han igualado o superado, pero es una bendición para el entrenador. El míster decidirá si soy la mejor opción para ayudar al equipo». La idea de Txingurri es dar la Liga y la Europa League a Simón, mientras que la Copa y la Supercopa sería para Agirrezabala. El domingo, en Vallecas, debería formar de nuevo en el once inicial.
El número uno está de vuelta y el Athletic sonríe, consciente de que está en muy buenas manos. Va bien en la Liga y como un tiro en Europa, con una final calendada en San Mamés. «El objetivo era meternos en la siguiente fase, pero ves la clasificación y te motiva entrar en el Top 8. Nos emociona la posibilidad de lograr otro título, pero la realidad es la que es y hay que gestionar la temporada. Ojalá podamos llegar...».
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