El triste escenario que nadie imaginaba

También hablábamos en las crónicas de aquellos días esperanzadores sobre la necesidad de ser muy prudentes, dados los precedentes de este equipo, una verdadera máquina de desperdiciar buenas oportunidades de cumplir sus objetivos. Experto en fallar en el momento más inoportuno, con este Athletic nunca debían echarse las campanas al vuelo. El riesgo de pifia, en fin, estaba ahí, latente, convertido en mal augurio, en premonición de los más pesimistas. Muy pocos, sin embargo, se imaginaban una racha tan nefasta como la que ha acabado sufriendo el equipo de Valverde, que en apenas veinte días ha echado por tierra gran parte del trabajo de toda la temporada.

El escenario ha cambiado de forma radical después de tres derrotas y un triste empate en las cuatro últimas jornadas. Es como si al Athletic le hubiera pasado por encima un huracán. De tenerlo a dos puntos, el quinto puesto le queda ahora a diez. Y el sexto ha pasado de estar a uno a estar a cinco, que esta tarde, dependiendo de lo que haga el Betis, podrían ser ocho o seis, y con el gol average en contra. Siendo esto muy grave porque la verdadera ilusión estaba puesta en la Europa League, lo peor ha sido cómo se ha visto comprometida también la séptima plaza que da acceso a la Conference. Hace tres semanas se antojaba tan segura que parecía que no había ni necesidad de defenderla, como si no hubiera rivales que se la disputaran al Athletic. Hablabas entonces de Osasuna, Girona, Rayo o Sevilla y parecían equipos que no eran enemigos, que jugaban otra Liga.

Pelea a muerte

Pues bien, los rojiblancos han perdido esa séptima plaza en beneficio de un pujante Girona al que en la jornada 30 le sacaban la friolera de 8 puntos, los mismos que al Sevilla, que con su victoria en Valladolid se aparejó también con el Athletic en la tabla. Y no sólo eso. Osasuna, que entonces estaba a cinco puntos, está ahora empatado a 47 y recibirá al Athletic en El Sadar el próximo 25 de mayo. Y qué decir del Rayo, que de estar a seis puntos ha pasado a estar a uno y con un partido menos. ¡Es que hasta el Mallorca se ha puesto a tres! Conclusión: la tropa de Valverde se ha metido de repente en una pelea a muerte con otros cinco equipos que, a estas alturas, y con sólo cuatro partidos por disputar, se van a dejar la piel en busca del premio de la Conference.

La situación del Athletic es peligrosa. Nadie puede discutirlo. Si la Copa fue el primer gran disgusto de la temporada, de repente ha visto cómo se desvanecía también su segundo sueño –la Europa League a través de la Liga– y cómo ahora tiene que remangarse y bajar a la trinchera para pelear la Conference. Psicológicamente, el examen va a ser muy duro para los pupilos de Valverde, que ya vuelven a estar en el ojo del huracán de una hinchada cansada del deprimente círculo vicioso en el que vive su equipo, de hacerse ilusiones y de tener que enterrarlas una y otra vez. De ahí que sea tan importante que el Athletic se levante y detenga de inmediato esta hemorragia que le está desangrando.

No lo va a tener fácil. En el momento más inoportuno, el equipo ha perdido la solidez defensiva que le sostenía –la baja de Iñigo Martínez es letal– y por otro lado es incapaz de solucionar su falta de efectividad de cara a puerta. A este respecto, hay una estadística de estos últimos cuatro partidos que, de haberse producido en su época, hubiera dejado sin voz a 'Rompecascos'. El Athletic ha firmado 55 remates y sólo ha sido capaz de marcar dos goles de penalti, uno afortunado por manos de Ruiz de Galarreta en el descuento y el otro el sábado regalado por Parejo. Así, por supuesto, no se va a ningún sitio al que a uno le haga ilusión ir.

Obligación inmediata

Reaccionar con personalidad y acabar la Liga demostrando orgullo es ya el gran reto del Athletic. Y no sólo porque lo necesita para conseguir la plaza de la Conference y volver a Europa, aunque sea a su tercera competición en rango, después de cinco años. En realidad, ese objetivo, aunque sea bonito deportivamente y, desde luego, económicamente, es secundario respecto a otro mucho más importante: evitar la desafección de los hinchas hacia los jugadores que se produciría si les ven dejarse ir de mala manera en este final de temporada.

Esto sería muy grave pensando en la próxima temporada, que a día de hoy no hay manera de ver con optimismo. Más bien al contrario. El Athletic va a perder al líder de su defensa, a su jugador de más jerarquía e influencia, y se va a encontrar con que un buen número de futbolistas importantes no tienen sustitutos claros y son veteranos cuyo rendimiento, por lógica, va a declinar. Ya lo está haciendo, de hecho. Hablamos de De Marcos, Berchiche, Dani García, Herrera, Muniain, Raúl García... Habrá que ver cómo funcionan Ruiz de Galarreta, Nolaskoain, Imanol, Nico Serrano, Beñat Prados... Y veremos también si el club hace algún fichaje para apuntalar el eje de la defensa. Es decir, habrá que ver cómo le sale a Valverde la nueva transición que, detenida la anterior, va a tener que realizar la próxima temporada.