El tren en marcha de Valverde
Mérito ·
El Athletic está logrando mantener la altura competitiva de la pasada temporada, pero con el gran mérito añadido de hacerlo jugando también en EuropaEl partido contra el Elfsborg dejó el jueves algunas imágenes que retrataron muy bien el estado anímico en el que se encuentra el Athletic. La ... coyuntura tan favorable, por supuesto, ayudó mucho. Fue una tarde muy plácida, redonda en todos los sentidos: victoria fácil que acerca al equipo a la entrada directa en los octavos de final, ningún lesionado, gol y asistencia de Adama, regreso de Unai Simón, normalidad en las gradas y buen rollo con los visitantes suecos... Pero hubo algo más importante y son las sensaciones que transmitió el equipo. Cada vez que las cámaras enfocaban al banquillo, por ejemplo, todo eran risas y bromas entre sus integrantes. Lo mismo que en la preciosa fotografía de Adama tras su gol que publicamos ayer en estas páginas. El chaval reía a carcajadas, mientras los hermanos Williams le pegaban unas collejas, Vivian se preparaba muerto de risa para darle la suya y Sancet y Paredes se acercaban corriendo quién sabe si con las mismas intenciones.
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Si el fútbol es un estado de ánimo, en fin, el Athletic no puede estar más boyante. Ahí es nada ser colíder en el tablón de la Europa League con trece puntos en los cinco primeros partidos, y a la vez quinto en la Liga después de catorce jornadas, a sólo dos puntos del cuarto, es decir, de los puestos de Champions. Se lo dicen a Valverde el 15 de agosto, tras el empate con el Getafe en el estreno liguero, y lo hubiera firmado con sangre. Y lo que decimos del técnico lo decimos de cualquier aficionado. Los 'abajofirmantes' hubieran sido multitud. Porque estamos hablando de números que nos remiten -incluso superándolos- a los mejores momentos del Athletic a la hora de conciliar la competición doméstica y la continental. Pensemos, sin ir más lejos, en la campaña 2015-16, también con Valverde al timón, cuando los rojiblancos sumaron 21 puntos en las primeras catorce jornadas de Liga y doce en las cinco de la liguilla europea.
Pocas veces se le ha visto al Athletic compatibilizar tan bien la competición doméstica y la continental
Cada vez que esta temporada valoramos las prestaciones del Athletic siempre acabamos diciendo 'sí, pero...' a modo de protección. No se trata de ser pesimista o de desconfiar. Acompañar al adverbio con la conjunción adversativa es un ejercicio básico de prudencia. Porque todos somos conscientes de que la valoración que de verdad importa no podremos hacerla hasta mayo. Sólo entonces se verá en qué medida ha afectado a la plantilla la dureza del calendario. Hasta ese momento, ciertamente, lo que toca es ir valorando la trayectoria del equipo y extrayendo algunas conclusiones provisionales. Y una de ellas, compartida por todos, es que el estado de ánimo de la plantilla es magnífico y que ello está generando una competencia interna de lo más armónica y saludable; algo absolutamente necesario -una condición 'sine qua non', podríamos decir- para poder acabar completando una gran temporada.
Adama es el último de los jóvenes jugadores que ha querido reivindicarse ante Valverde
Resultados
Si uno repasa los 19 partidos que lleva jugados el Athletic en lo que va de curso lo primero que constata es que la calidad del juego ha oscilado bastante de unos partidos a otros, pero también que hay algo que permanece y que empieza a ser ya una especie de seña de identidad: la altura competitiva del equipo. No es ninguna casualidad que sólo haya perdido tres partidos, y que dos de ellos (Atlético y Girona) fueran de forma injusta y accidental. Como al famoso Pontevedra de los años sesenta, a este Athletic de Valverde 'hai que roelo'. Por intensidad, profundidad e insistencia, es un hueso muy duro.
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Esta personalidad acaba generando una inercia de lo más positiva. Es el efecto 'tren en marcha' que ya se sintió y disfrutó la pasada camapaña. El gran partido de Adama se inscribe en esta línea férrea. En su quinta titularidad, la primera en competición europea, el chaval se soltó por fin y, aparte de marcar el gol y dar una asistencia, dejó detalles muy esperanzadores. También Gorosabel, tras una primera parte floja, tuvo físico y carácter para elevarse en la segunda. Los dos aprovecharon sus oportunidades, algo que empieza a ser una feliz costumbre en la plantilla.
Y no sólo entre los más jóvenes, caso de Adama, Jauregizar, que se salió ante el Valencia, o Nico Serrano, que no pudo aprovechar mejor sus minutos en Ludogorets. También entre otros necesitados de reafirmarse: a Yeray, por ejemplo, se le ha visto muy bien; Unai Núñez cumplió cuando tuvo que hacerlo; Prados está volviendo a su nivel tras unos meses grises; Berenguer comenzó la temporada como un cohete; a Guruzeta se le ve cada vez más afinado... Si a esto sumamos que los titulares más fijos siguen dando su nivel, lo cierto es que los únicos jugadores de los que se espera mucho más son Vesga, Unai Gómez y, sobre todo, Álvaro Djaló, el gran fichaje de la temporada. Pero todo se andará. El ambiente de ilusión que se vive en el Athletic contribuye a ello. Todos quieren disfrutar del tren en marcha de Valverde.
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