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A diferencia de lo que ha ocurrido en los seis años anteriores, el Athletic afronta el sprint final de la Liga en ese estado de satisfacción y tranquilidad de espíritu que sólo se alcanza a través de un gran éxito. Llevamos toda la temporada hablando ... del gran cambio que ha experimentado el equipo de Valverde y hay que seguir haciéndolo porque estas últimas semanas de campeonato no van a tener nada que ver con las de campañas anteriores. Quién sabe qué resultados logrará el equipo en las siete jornadas que restan, si conseguirá o no sostener la pelea con el Atlético por la Champions, pero lo que está claro es que nada indica que vaya a producirse un derrumbe como en 2023. Es más: si éste se produce tampoco tendría mayores consecuencia. El trabajo ya está hecho.
A la dirección deportiva del club, sin embargo, se le empieza a acumular, como suele ocurrir cada año por estas fechas. Hay que preparar la próxima temporada, que no será una más para el Athletic. Será la de su regreso a Europa, la de su participación en la Supercopa, la de su defensa del título copero y la de su consolidación en la Liga como equipo grande, en puestos de privilegio. Dicho de un modo sencillo: la exigencia se va a disparar para el equipo de Valverde. La de 2024-25 será una temporada de dos partidos por semana y todo el mundo sabe lo que eso significa. De hecho, aunque no sea un recuerdo agradable y la actual plantilla sea más sólida y competitiva que la de entonces, no está de más recordar que la última participación de los rojiblancos en Europa, con Ziganda en el banquillo, terminó dejando al Athletic decimosexto.
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Julen Ensunza
A mayor exigencia, mayor necesidad de reforzar la plantilla. Esto es indiscutible y dibuja un escenario complejo. Porque lo cierto es que para el Athletic nunca es fácil reforzarse. Dando por descontado que Valverde continuará –si al final de la pasada temporada Mikel González habló de él como «su líder» ahora quién sabe cómo le calificará–, el foco hay que ponerlo en una serie de posiciones concretas y en algunos futbolistas que, por diferentes circunstancias, están entre interrogantes.
Empezando por la defensa, parece que el fichaje de Gorosabel es cosa hecha. Se trata de una incorporación lógica teniendo en cuenta la situación en los laterales. La próxima temporada será la última de De Marcos, que de hecho todavía no ha anunciado su renovación, y Berchiche sufre problemas físicos recurrentes que le impiden tener continuidad. Incluso si se quedara en la plantilla Imanol, lo cual está por ver, poder contar con un futbolista en una buena edad y con experiencia y oficio en Primera como Gorosabel es absolutamente necesario.
Como también lo es tener un cuarto central. Tres son pocos para cuatro competiciones y, además, las lesiones musculares han puesto bajo sospecha a Yeray. Hay muchos nombres en el tintero –véase la información anterior–, pero dos de ellos se antojan mejor colocados. Hablamos de Aitor Córdoba, de 28 años, titular indiscutible en el Burgos, y de un viejo conocido, Enric Saborit, de 31 años, central en el Maccabi. Ambos llegarían libres.
En el centro del campo, el reforzamiento va a tener que ver no con nuevas incorporaciones sino con la progresión de futbolistas que esta temporada se han abierto paso de forma espectacular o han empezado a llamar a la puerta. Hablamos de Beñat Prados, ya un titular, Unai Gómez y Jauregizar. Lo que está por ver es qué deciden entre Valverde y la dirección deportiva con tres futbolistas veteranos y de renombre que han intervenido entre poco y casi nada. Herrera ha sido el decimoquinto jugador en minutos en Liga (818), Dani García el decimoséptimo (559) y Muniain el decimonoveno (435). No se sabe, pero si los tres aceptan una renovación por un año y muy a la baja tampoco sería de extrañar que Txingurri los quiere a su lado de cara a una campaña tan cargada. Podrían sumar algunos minutos y dar un cierto poso al equipo con su experiencia.
En el frente de ataque, la llegada de Álvaro Djaló aporta, sin duda, un salto de calidad y aumenta las alternativas posibles. Ahora bien, para que el equipo suba un escalón competitivo es necesario que mantenga también a Berenguer. Tener a uno y perder a otro sería poco más o menos como quedarse igual. El navarro termina contrato y, siendo un jugador libre, ya está escuchando cánticos de sirena. En España, el Sevilla parece el club más interesado. El Athletic, sin embargo, le sigue necesitando, aunque no sea titular. Como necesita incluso que Adu Ares de un paso al frente. Y es que las rotaciones y variantes en todo el frente del ataque, del que lo lógico sería que desapareciera Villalibre ya que no cuenta para Valverde, van a ser una constante la próxima temporada.
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