Los suplentes del Liverpool dejan en evidencia a la unidad B

1-0 de Ngumoha en la primera jugada de ataque. 2-0 de Darwin Nuñez -a quien los de Liverpool se quieren quitar de encima- en el minuto 5. ¿Peor imposible? No. A los diez minutos se ha ido lesionado Prados. Así, desde el inicio ha quedado clara la diferencia entre un club que navega en un mar de libras y otro apurado por ver si es capaz de llegar a la jornada inaugural de Liga del día 17 contra el Sevilla con dos centrales del primer equipo en condiciones.

El poderoso Liverpool que ha invertido 308 millones en fichajes y que ha presentado además una propuesta de 140 millones por el exrealista Isak, rechazada por el Newcastle, era toda una prueba de fuego ideal para este Athletic que regresa a la Champions. La precariedad del eje de la defensa saltaba a la vista desde las escalerillas del chárter que llevó al Athletic a Liverpool. Con Yeray apartado a la espera de la resolución de su caso por dopaje, Paredes de baja desde hace una semana y Egiluz cruzando los dedos para no quedar fuera varios meses por su lesión en Camargo, Vivián fue el único central del primer equipo que se subió al avión. Ernesto Valverde taponó al vía de agua añadiendo en la convocatoria a dos chicos del filial, De Luis y Duñabeitia.

Valverde se ve obligado a tirar hacia adelante con lo poco que tiene. Al primero de ellos le tocó hacer pareja con Lekue en el primer partido, el reservado a la unidad B de cada escuadra. La imagen con la que salió en la cancha de uno de sus rivales en Champions y claro aspirante a levantar el título por séptima vez era de apuro total. Además, el Liverpool impuso la clase de sus centrocampistas Mac Allister y Curtis Jones, de los tragamillas Ngumoha y Ben Doak y el oficio en al área del uruguayo Núñez desde el primer momento del encuentro inaugural en Anfield.

El Athletic, mientras tanto, iba dejando señales de alarma en el tortuoso camino que se ha convertido esta pretemporada. Se presentó en Anfield con el pobre balance de una única victoria -ante un Primera RFEF, la Ponferradina- y derrotas ante todos los demás, Alavés, PSV Eindhoven y Racing. No era este derrochador Liverpool el mejor rival para la regeneración. Y a la unidad B le ha quedado claro desde el inicio. A los locales les han bastado un par de guantazos de saque para dejar contra las cuerdas al rival.

A diferencia del Liverpool, el Athletic no estuvo bien en nada. Los rojiblancos permitieron a los ingleses abusar del dominio del partido y de su temprana ventaja. El grupo de Ernesto Valverde dio una inquietante sensación de inocencia atrás. Cada ataque rival hacía tiritar a los vascos. El técnico ha salido al campo con un trivote formado por Rego, Prados y Vesga que ni aportó hacia arriba ni ayudó atrás. Cuando el navarro se fue lesionado quedó en un doble pivote que tampoco fue faro para alumbrar el juego del Athletic.

Y arriba la sensación fue que hay que llegar mucho para convertir algo. Sólo Guruzeta, con el duelo ya resuelto, acertó con la portería visitante. Es un tanto que le viene muy bien para rearmarse de cara a recuperar su mejor versión, la de hace dos años.

Frente a la inoperancia visitante, al Liverpool le salía todo en ataque, hasta que Padilla -de lo poco potable- metiera en propia meta un centro de Doak. Fue el 3-0 poco antes del descanso. Luego llegó el cuarto tanto local.

Parecía que el asunto iba a ser ver hasta dónde se llenaba el carro de goles encjados por el Athletic, pero los de Valverde tuvieron un arranque de dignidad en el tramo final. Guruzeta recortó con el 4-1 y Johaneko, que debutó, anotó otra diana, anulada por fuera de juego. Un 4-2 hubiera sido engañoso. La diferencia entre los suplentes del Liverpool y los de Athletic fue superior.