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Habría que hacer memoria para recordar un partido tan horrible como el perpetrado ayer por el Athletic en el campo del Besiktas. Todo salió rematadamente ... mal, el equipo ni atacó ni defendió, estuvo a merced de los turcos y regresó a Bilbao goleado sin olvidar que Julen Agirrezabala, en dos ocasiones, y Unai Nuñez, en una, salvaron a los rojiblancos de recibir un castigo todavía mayor. El 4-1 final reflejó a la perfección lo que había ocurrido en Estambul, donde el sistema defensivo de los bilbaínos hizo aguas y se descosió como un jersey viejo. Después del encuentro de Copa frente a la UD Logroñés, que acabó sin goles y se resolvió en la tanda de penaltis, el equipo ha jugado otros cuatro choques en los que ha encajado la friolera de diez tantos. Una cifra incompatible con la solidez habitual atrás de los vizcaínos, incapaces de protegerse de los delanteros rivales.
La última vez que el Athletic encajó cuatro o más goles fue en mayo de 2023, hace más de año y medio, cuando se llevó una manita en Villarreal (5-1). Un partido loco al que no había por dónde coger por lo que mereció ser catalogado como un accidente, una de esas desconexiones cósmicas que de vez en cuando protagonizan los leones. Tanto es así que no había vuelto a reproducirse hasta ayer, al menos no con tanta intensidad ni con semejante cantidad de metralla recibida, una lección práctica de lo que no hay que hacer en un campo de fútbol. Porque los hombres de Txingurri venían de conceder dos tantos ante el Barcelona en la Supercopa de Yeda (Arabia Saudí), tres frente a Osasuna en Copa en San Mamés y uno contra el Celta en Balaídos. El Besiktas contó hasta cuatro. Y gracias.
Es verdad que Txingurri compuso una pareja de centrales inédita, formada por Nuñez y Paredes, pero resulta que el primero de ellos fue el mejor rojiblanco de largo y que en los costados estaban De Marcos y Yuri. Después del encuentro ante la UD Logroñés, el Athletic podía presumir de haber encajado solo 19 goles en 26 partidos entre Liga, Copa y Europa League, es decir, una media de 0,7 por choque. Nada que ver con los diez concedidos en los últimos cuatro duelos –2,5 por compromiso–, una anomalía que urge corregir cuanto antes porque resulta imposible competir con semejantes registros defensivos. Tal vez se trate solo de una mala racha o de un momento de debilidad puntual, pero conviene volver a solidificarse atrás sin esperar demasiado para recuperar la solvencia perdida.
Porque no está demás recordar que hasta el duelo contra el Besiktas, correspondiente a la séptima jornada de la Europa League, el Athletic solo había sacado el balón dos veces de su portería. Fue contra la Roma en el Olímpico y ante el Ludogorets en Bulgaria, donde el equipo remontó para acabar ganando. Los rojiblancos dejaron su portería a cero frente AZ Alkmaar, Slavia Praga, Elfsborg y Fenerbahçe. De ahí que sorprenda su comportamiento defensivo en el campo del Besiktas, además de las costuras mostradas en los duelos con Barcelona –lógicas por la potencia del rival– y Osasuna, que fue capaz de meter tres en San Mamés. Solo en Balaídos hubo solidez porque la diana de Hugo Álvarez llegó tras un inoportuno resbalón de Adama, descartado en Estambul junto con el meta Santos.
El Athletic ha disputado 207 partidos continentales en sus 127 años de vida –aquí se computa la Copa de Europa, la Copa de Ferias, la Copa de la UEFA, la Recopa, la Intertoto, la Europa League y la Champions, pero no se contabilizan los dos duelos de la Copa Latina por ser un torneo restringido a cuatro federaciones– y solo seis equipos habían sido capaces de hacerle cuatro o más goles a los vizcaínos. Este dato permite comprender mejor la magnitud de la derrota sufrida en el Besiktas Stadium. El Estrella Roja contó hasta cinco en 1966, la mayor goleada encajada en el escenario internacional por los leones, y luego Rangers (1969), Juventus (1988), Parma (1994), Anderlecht (2010) y PSG (2011) marcaron cuatro a los bilbaínos. Y esto ha sido todo hasta que el Besiktas se sumó a esta reducida nómina de clubes que se habían permitido el lujo de golear al Athletic.
Valverde está obligado a ajustar el sistema defensivo y recuperar su solidez, una de las señas de identidad del equipo. En lo que va de temporada, y hasta este bache relativo al dispositivo de contención, solo tres clubes habían logrado hacer más de un gol a los rojiblancos: Barcelona (2), Las Palmas (2) y Girona (2). Todo funcionaba a las mil maravillas hasta que el comienzo de 2025 ha proyectado una sombra sobre un bloque hasta ahora más sólido que la presa de las Tres Gargantas. Ayer no hubo fallos individuales groseros como ante Osasuna –Paredes, Agirrezabala– y Celta –Adama–, sino que el conjunto resultó endeble.
El Athletic está disputando la edición 32 de las diferentes competiciones europeas, en las que el balance actual es de 97 victorias, 41 empates y 69 derrotas, además de 312 goles a favor y 262 en contra. Y está a un suspiro de octavos, que incluso hoy podrían sellarse de forma matemática.
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