Simón, el presente y el futuro de la portería
El alavés, al que el Athletic quiere blindar, vuelve a dar estabilidad a una posición sin continuidad desde la marcha de Iraizoz hace cuatro años
Unai Simón (23 años) se quedará como el único portero de la estructura del Athletic con experiencia en Primera División. La intención de Iago Herrerín ... de salir de la escuadra vizcaína este verano, mostrada en una entrevista con EL CORREO y transmitida al club que le facilitará esta maniobra, convierte en aún más indiscutible al alavés, fichado hace una década del Aurrera de Vitoria y campeón de Europa Sub'21 hace poco más de un año. Y, salvo sorpresa, la guarida bilbaína vuelve a contar con la estabilidad perdida con la marcha de Gorka Iraizoz en el verano de 2017. Con la salida del navarro, se terminó una situación de continuidad que comenzó en 2008. A partir de ahí, sumó una media de más de 35 encuentros por ejercicio en la Liga. Ni Kepa ni Iago llegaron a esa cifra en las dos siguientes campañas (30 y 31), ni tampoco Simón en esta: se ha quedado en 34 por unas paperas y una sanción por su expulsión ante el Leganés. No obstante, el profesional de Murgia está llamado a ser el portero del futuro de una entidad que, antes del confinamiento, se le acercó para elevar su cláusula actual, tasada en 50 millones de euros, y mejorar un contrato que termina en 2023, cuando tenga tan solo 26 años. Todo para evitar que se produzca una salida.
Se ha convertido Simón en uno de los baluartes del equipo. En su primera temporada como indiscutible, ha encajado 29 goles en 34 partidos de la Liga, y dos en tres duelos de la Copa. Conservó su portería a cero en doce encuentros del torneo de la regularidad, el último en el brillante triunfo de Mestalla, y en dos choques más de la competición del ko, contra el Barcelona y la ida del Granada. Este Athletic ha sido el que menos balones ha tenido que sacar de su cuartel en el siglo XXI, 38, y eso que le endosaron seis en las dos últimas jornadas, con Simón expulsado y sancionado. Es el alavés un guardameta fiable, que tiene que mejorar, es cierto, el juego con los pies, pero que presenta unos impresionantes reflejos en el uno contra uno y una enorme capacidad para salir por alto, fruto de su gran envergadura y de una altura de 190 centímetros. Con él, en las quinielas para la portería de La Roja, la calma ha llegado a una posición que ha vivido una etapa de turbulencias, en las que él mismo se ha visto implicado.
Agosto de 2018. El Athletic tiene cuatro porteros: Kepa Arrizabalaga, renovado en aquel enero hasta 2025 con una cláusula de 80 millones; Iago Herrerín, con contrato hasta 2021 y una rescisión de 50 millones gracias a una prolongación firmada cuando el meta de Ondarroa estaba camino del Madrid; Álex Remiro, de vuelta de una cesión del Huesca y con vínculo hasta 2019 y nulo interés por renovar; y un Simón que se marcha prestado al Elche, de Segunda División. Más o menos, todo encajaba. Sin embargo, el 8 de ese mes, el Chelsea deposita en la sede de la Liga los 80 millones de un Kepa que, en enero, había estado sin jugar por una lesión en el pie derecho.
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De vuelta de Elche
Vale, perfecto, no está el internacional. Sin embargo, entre Iago Herrerín y Remiro podrán defender la meta rojiblanca, se piensa en el cuerpo técnico de Eduardo Berizzo y el club. Pues no. Dos días después, el portero domiciliado en Castro se lesiona en el bíceps. Es una dolencia grave. Al menos, dos meses de baja. Cinco días más tarde, Simón vuelve del Elche, cuando la Liga estaba a punto de arrancar. En teoría, para ser suplente de Remiro... Pero no. No es así. En el primer partido, salta la sorpresa. El vitoriano es el titular, Hodei Oleaga el suplente, y Eduardo Berizzo deja en la grada al futbolista de Cascante por una orden de la directiva: se niega a renovar. Castigado.
Y Simón empieza a brillar. Lo demuestra en el Camp Nou, también contra el Madrid en San Mamés. Es un guardameta que da puntos. Poco a poco, la afición se olvida de Kepa. Aunque cuando Iago se recupera, el técnico argentino le coloca en el 'once' por una cuestión de «jerarquía y orden natural». Vivió el vitoriano en el banquillo, hasta que este curso Garitano lo tuvo claro: era su apuesta para la portería, para una posición que en cuatro años ha tenido como titulares a Iraizoz, Kepa, Iago y él, con apariciones de Ezkieta, en el partido de Copa contra el Tenerife. De momento, el alavés ha ganado la partida, es el presente y el futuro, por eso Ibaigane trata de colocarle una cláusula elevada, para frenar a los grandes.
Ezkieta, Oleaga o ir al mercado para suplir a Iago Herrerín
Jokin Ezkieta (23 años), titular del Bilbao Athletic, es el principal candidato para ocupar la plaza de Iago Herrerín como portero suplente de la escuadra de Gaizka Garitano. Sin embargo, puede que el club entienda que el navarro necesita curtirse, ganar en experiencia, y su destino esté en salir cedido a una formación de Segunda División. Entonces, ¿qué hacer? También se puede apostar por Hodei Oleaga, que ha estado prestado en el Melilla, de Segunda B. Y en el reducido horizonte de posibles contrataciones de Ibaigane aparecen dos posibilidades. Una, Aitor Fernández, que ha cuajado una excepcional campaña en el Levante y que tiene un cláusula de 30 millones. Los valencianos saben que es un producto cotizado -Betis y Sevilla también están interesados- e intentarán hacer caja. Con Simón, parece complicado que el excanterano regrese para ser suplente. La otra, Stephane Ruffier, un meta de Bayona de 33 años que ha terminado contrato con el Saint-Étienne.
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