La segunda oportunidad de Aramburu

La historia del futbolista caraqueño se puede englobar dentro de las segundas oportunidades bien aprovechadas. Jon Mikel es hijo de Mikel Aramburu y Beatriz Mejías, él de origen donostiarra y ella riojana, aunque residentes en Venezuela, donde nacieron sus hijos. Allí creció como jugador y el grupo de captación de la Real descubrió sus orígenes y le invitó a hacer una prueba a finales de 2016 con su equipo cadete. Aramburu compartió vestuario con Turrientes, Karrikaburu y Dadíe, pero él fue uno de los más destacados y los técnicos de Zubieta decidieron abordar su fichaje. Pero en aquel momento la Real se encontró con la FIFA, que ya había sancionado a varios clubes europeos por contratar a futbolistas menores. La Real propuso al jugador y su familia desplazarse a Donostia a vivir, pero por motivos laborales -su padre posee una importante vinoteca- la familia no abandonó Caracas.

El sueño de jugar en el equipo de los Aramburu pareció difuminarse y el lateral se consolidó en el Deportivo La Guaira. Es en 2022 cuando aparece en escena el Real Unión. «Era un futbolista del que me habló la secretaría técnica. Vimos unos vídeos y me explicaron su historia, que era un chaval con orígenes vascos, que había estado en Zubieta en época cadete con Turrientes y que estaba dispuesto a cruzar el charco. Nos llamó la atención su raza y su casta», recordaba en una entrevista con 'Relevo' Aitor Zulaika, hoy entrenador del Sporting B, y por aquel entonces técnico del conjunto unionista. «Me encontré a un chaval de 20 años muy maduro que tenía muy claro lo que quería».

En casa de los Aramburu habían dudado con la llamada del Real Unión, pero el agente del futbolista le convenció porque consideraba que una vez en Europa tendría más oportunidades de crecer. También Antoine Griezmann ha tenido su importancia en el periplo de Aramburu. Ambos comparten agencia de representación y el francés que jugó en la Real no dudó en animarle a dar el paso. «Tienen una buena relación», asegura el padre de Aramburu.

Así que el joven Jonmi viajó a Gipuzkoa y tras una temporada en la que disputó 33 encuentros, la Real volvió a la carga. Roberto Olabe no se había olvidado de aquel lateral y al segundo intento, logró que Aramburu se vistiera la elástica txuriurdin. No fue fácil, porque el jugador había llamado la atención del Feyenoord y la oferta de la Real era para recalar en su filial, pero los más cercanos le convencieron para intentarlo en el club que más había apostado por él. Fernando Batista, seleccionador de Venezuela y uno de los grandes valedores de Aramburu, admitió en 'Relevo' que había recomendado al lateral que fichara por la Real. «Le dije que no tenía que dudarlo porque, primero, la Real estaba haciendo un gran torneo, había hecho zona de Champions y ya venía de estar jugando en España en una división menor y su adaptación iba a ser más fácil por el idioma, las costumbres».

No se equivocó. Aramburu se adaptó rápido a Zubieta y encandiló a Imanol con su entrega y disciplina. De hecho, las bajas en el lateral derecho le llevaron a mitad de temporada al primer equipo y al caraqueño ya no le han movido de ahí. La grave lesión de Traoré ha llevado a Imanol a apostar firmemente por Aramburu, con Odriozola y Aritz Elustondo de recambios cuando hay que dar descanso a un futbolista que lo juega casi todo entre la Real y Venezuela.

¿Qué es lo que ha convencido a Imanol para darle su confianza? «La primera vez que vi a Jonmi entrenar dije que le quería todos los días conmigo entrenando. Es un futbolista que se deja el alma por el equipo, y necesitamos gente de ese tipo todo el año», declaró el oriotarra al poco de hacerle debutar en el primer equipo. «Juega los partidos con mucha personalidad, mucha intensidad, que es lo que es él. Su juego es eso: máxima concentración, mucha intensidad y agresividad», añade Batista. De ahí que en Venezuela le apoden el 'Búfalo' a este joven caraqueño que ha aprovechado al máximo su segunda oportunidad futbolística.

A finales de mayo, la Real Sociedad renovó a Aramburu hasta 2027 con ficha del primer equipo, aunque el hecho de ser menor de 23 años ha permitido al club donostiarra darle el dorsal 27, pese a que para Imanol es un fijo en su equipo.