La sanción por los incidentes de Roma se queda en 30.000 euros y una advertencia

La resolución de la justicia deportiva sanciona además con un partido sin que los hinchas puedan acompañar al equipo rojiblanco fuera de casa. Eso sí, este castigo queda condicionado a un «periodo de prueba de dos años». Si en este tiempo se vuelven a protagonizar incidentes en un partido del club, se aplicará ese encuentro sin seguidores.

La estrategia de defensa rojiblanca se ha encontrado con un buen resultado. La tesis del club ha sido que debía tenerse en cuenta el ejemplar comportamiento de todos los estamentos del club el repudiar a los ultras de Herri Norte.

La junta directiva dejó claro que no asistió sin actuar al lanzamiento de bengalas y además ha anunciado duras medidas para hechos similares.

El Athletic se ha defendido con la demostración de que todos los estamentos del club reprendieron a los radicales de las bengalas esa misma noche. Ernesto Valverde les hizo gestos de enfado en cuanto lanzaron una a una grada repleta de hinchas locales, entre ellos familias con niños. Los capitanes De Marcos y Williams se acercaron a ellos al acabar el partido a reprenderles por su conducta, el resto de hinchas les silbaron y el club dio a conocer dos contundentes comunicados. En el primero denunciaba los hechos y en el segundo anunciaba medidas contra los radicales.

Los antecedentes, sin embargo, no eran nada halagüeños. La pasada campaña, en el choque de Champions entre la Real Sociedad y el Benfica, ultras portugueses situados en uno de los anillos superiores del campo donostiarra lanzaron bengalas a los aficionados locales que presenciaban el encuentro en una grada inferior.

La escena fue muy similar a la registrada en el Olímpico. Los rectores de la UEFA castigaron entonces al club lisboeta con 25.000 euros, una cantidad lígeramente inferior a la que ahora recibe el Athletic, pero añadían la prohibición de vender entradas entre sus hinchas para el siguiente choque de Liga de Campeones.

El Athletic respira aliviado porque no se priva a sus seguidores de acompañarle en los próximos partidos. Eso sí, la amenaza pende sobre el club. La UEFA acostumbra a ser muy dura con los reincidentes. El Anderlecht puede dar buena fe de ello. Los belgas cumplieron en 2022 una sanción de un partido sin vender entradas a sus seguidores por incidentes en el campo del West Ham y tenían otro condicionado durante un periodo de dos años.

En San Sebastián sus ultras protagonizaron graves incidentes y se ha castigado al club con tres partidos fuera sin entradas para sus seguidores.