San Mamés está listo para otra fiesta

Con un encuentro perdido en casa desde agosto de 2023, La Catedral se ha convertido en un filón de puntos para el Athletic tanto en la Liga como en la Europa League. Y a tenor de lo que les espera por delante a los rojiblancos, con dos salidas a Turquía (Fenerbahçe y Besiktas), lo más conveniente pasa por ganar al atrevido pero inexperto equipo sueco para zanjar cuentas cuanto antes. Hasta ahora, los de Valverde han mostrado una imagen muy sólida en el torneo continental, sacando adelante sus compromisos frente a AZ, Slavia y Ludogorets con mucho oficio para un grupo en el que muchos de sus jugadores han debutado en competiciones europeas.

Mantener esa capacidad de ganar los partidos por diferentes vías –bien por su contundencia física o bien por efectividad, como ante el Slavia– es fundamental para los rojiblancos en un tramo de competición en el que los esfuerzos se acumulan. El calendario no da tregua y se puede convertir en el peor enemigo de los hombres de Valverde, con una secuencia de duelos que no dará respiro hasta el 21 de diciembre. El técnico ha repartido hasta ahora las cargas para mantener lo más frescos posibles a sus futbolistas fundamentales y frente a la Real Sociedad, pese a la importancia de los puntos en juego, dio respiro a puntales como Ruiz de Galarreta, Prados, Sancet e Iñaki Williams, a los que retiró antes de tiempo. A buen seguro que frente al Elfsborg seguirá con el reparto de minutos, dando entrada a futbolistas como Paredes, que estuvo en el banquillo en el derbi, Jauregizar o Guruzeta, que entraron en la segunda parte, lo mismo que Berenguer. «Hasta el día 21 de diciembre tenemos siete partidos, son bastantes», reconoció Valverde, que pese a todo aseguró no estar pensando en el futuro. «Tengo el foco puesto en el duelo del Elfsborg».

Mantener la maquinaria engrasada y que funcione pese al movimiento de piezas es fundamental para Ernesto Valverde, poco partidario de rotaciones masivas salvo en el duelo de Liga que se disputó en Valladolid. Hoy no parece que ese sea el camino a seguir dada la importancia del envite en La Catedral. «Para nosotros es una final, nos jugamos mucho en este encuentro», alertó Yuri Berchiche en Lezama. «Si ganamos estaríamos virtualmente clasificados», añadió el lateral de Zarautz a la hora de valorar esos 13 puntos que puede alcanzar el Athletic si gana esta noche.

Valverde, por su parte, se encargó ayer de espantar la euforia reinante tras la victoria en el derbi. Toca cambio de competición, un nuevo reto y un rival desconocido para la afición al que el técnico puso nombre y apellidos. «Llevamos viendo al Elfsborg desde que arrancó la competición, han ganado a la Roma y empatado con el Braga, sabemos que va a ser un rival complicado como lo fueron el AZ y el Slavia y no nos podemos dejar llevar porque es un equipo con menos nombre que otros. No vamos a cometer ese error», advirtió.

La entidad escandinava, con cuatro puntos, busca un resultado que le mantenga con opciones de clasificación en un torneo en el que se está destacando como un equipo con facilidad goleadora. Uno de los problemas que se puede encontrar es que hace 17 días que finalizó el campeonato sueco, aunque para Valverde «no es mucho tiempo. Jugaron un amistoso y no creo que todavía estén muy inactivos. Además yo lo veo por otro lado, que eso les permite poner el foco sólo en este encuentro», aseguró el técnico, que no dio pistas sobre el posible regreso de Unai Simón a la portería cuatro meses después de su operación de escafoides. El de Murgia, que entró el domingo en la convocatoria por vez primera tras su paso por el quirófano, podría disputar esta noche sus primeros minutos de la campaña.