La ruleta de Valverde en el centro del campo

¿Quiénes compondrán la medular del Athletic el domingo ante el Barça? La pregunta vuelve a estar en el aire y la respuesta sólo la sabe Valverde. Es cierto que, en el último partido, hizo una apuesta novedosa, la de Dani García con Zarraga y Sancet, que dio una buena impresión. El hecho de que los dos primeros sean futbolistas de un perfil muy diferente suele aportar algo realmente interesante en esa zona del campo tan sensible: la complementariedad, un reparto exacto de las tareas. Pero que funcionase ante el Rayo no garantiza en absoluto que vaya a tener continuidad.

A falta de un centro del campo que le convenza definitivamente, Valverde lleva toda la temporada metiendo horas en su ruleta particular y haciendo combinaciones en función de una serie de variables: estado de forma del jugador, valoración personal hacia él (está claro, por ejemplo, que Vencedor no le convence), rendimiento en el último partido, prestaciones en los entrenamientos y, en muchos casos, características del rival. Hasta doce 'cócteles' distintos ha preparado el técnico rojiblanco combinando seis elementos –Vesga, Dani García, Zarraga, Herrera, Muniain y Sancet– en los treinta partidos que ha disputado el Athletic entre Liga y Copa.

El plan inicial

Tanta variación sorprende, sobre todo si se tiene en cuenta que, a principios de temporada, el escenario parecía muy claro. Txingurri apostó por Vesga como medio centro y Muniain y Sancet de volantes en las cuatro primeras jornadas. Y todo indicaba entonces que iba a darle mucho carrete a ese trío. En la quinta, sin embargo, prescindió por sorpresa del vitoriano, que había sido uno de los mejores en la derrota ante el Espanyol, y dio la titularidad a Dani García. El de Zumarraga cumplió con buena nota en ese partido y en los siguientes: tres victorias ante el Elche, el Rayo y el Almería, y un empate en el Sánchez Pizjuán.

Aún así, ante el Atlético volvió Vesga, que, a partir de ese momento, encadenó quince partidos consecutivos como titular. El regreso del centrocampista alavés, de nuevo con Muniain y Sancet, hizo inevitable la lectura de que Valverde volvía a su apuesta inicial y que llegaban tiempos de estabilidad en la sala de máquinas. Pero no. El rendimiento de Muniain, que ya venía flojeando desde la derrota contra el Espanyol, se desplomó ante el Sevilla, el Atlético y el Getafe. Y a Txingurri se le acabó la paciencia. En los doce encuentros siguientes, el capitán sólo salió de inicio en la Copa ante el Eldense.

Etapa experimental

El caso es que, a raíz de la primera suplencia de Muniain, que fue en el Camp Nou, donde Txingurri hizo una prueba extraña e infructuosa con Vesga, Herrera y Zarraga de media punta, comenzó una etapa que podríamos calificar de experimental en la que el Athletic no ha repetido centro del campo más allá de dos partidos consecutivos. Las combinaciones se han sucedido, algunas de ellas sólo por un día (Vesga con Zarraga y Munian ante el Eldense, Vesga con Herrera y Sancet ante el Valladolid, o Vesga con Herrera ante el Alzira). De manera sorpresiva, cuando mejor estaba Zarraga, Muniain volvió a la titularidad en el partido de Copa contra el Valencia. Jugó con Vesga y Herrera. El de la Txantrea hizo un buen partido y, además, marcó su único gol de la temporada.

Fue normal, por tanto, que Valverde mantuviera esa misma medular unos días después, frente al Celta en Balaídos. El resultado, sin embargo, fue el contrario: una pifia. Al Athletic, en fin, una misma cosa le puede sentar muy bien y muy mal, de ahí que su entrenador siga haciendo experimentos. Sucedió lo mismo con la pareja Vesga-Sancet como medios centros, que produjo un buen partido con victoria ante el Villlareal y uno muy malo en Girona. De tanto probar, de hecho, Valverde prueba hasta lo que no funciona casi nunca, como es el caso de la pareja Dani García-Vesga, que ya testó sin éxito Garitano (una victoria en diez partidos) ante rivales con mucho hueso. Esta temporada ha producido tres derrotas (Real, Atlético y Osasuna en Copa) y un empate (Betis), pero eso no significa que el técnico de Viandar de la Vera no vaya a volver a probarla de nuevo el domingo. Quién sabe. Sería bueno que la ruleta se parase, pero lo más probable es que siga girando.