Ruiz de Galarreta cumple su sueño de regresar al Athletic con 30 años
El mediocentro eibarrés se medirá mañana por última vez a lo leones, con los que jugará la próxima campaña
Iñigo Ruiz de Galarreta tenía un sueño: triunfar en el Athletic, el club donde se formó desde alevines hasta convertirse en una de las joyas ... de la cantera. No pudo ser a la primera. Las lesiones torpedearon su trayectoria y su carrera se ha desarrollado principalmente en Segunda División, en las filas del Mirandés, Zaragoza, Leganés, Barcelona B –lo fichó estando Ernesto Valverde en el banquillo del primer equipo– y Las Palmas.
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Por una cosa u otra no terminaba de dar el salto a Primera hasta que finalmente lo consiguió con el Mallorca. Y, lo que son las cosas, su buen hacer las últimas campañas en tierras baleares le permitirá gozar, a las puertas de cumplir los 30 años, de una segunda oportunidad para hacer realidad su sueño rojiblanco. La entidad bermellona ha sido su trampolín de regreso. Quedaba libre el 1 de julio y se ha comprometido por dos años con el Athletic, por lo que mañana (19.00 horas) se enfrentará por última vez en Son Moix a los que serán sus nuevos compañeros.
La voluntad del futbolista, que descartó una oferta superior de renovación de su actual club y también desestimó el interés de algún otro equipo de la Liga –sonó con fuerza Osasuna–, ha sido clave a la hora de cerrar la operación. Apodado 'Galaxy' desde su paso por Lezama, quería cerrar el círculo, volver al punto de partida. Habrá que ver cómo encaja en los esquemas de Valverde.
Sobre el papel, Ruiz de Galarreta y Ander Herrera, el fichaje estrella hasta la fecha de la directiva que preside Jon Uriarte, conformarán junto a Sancet y el capitán Muniain el cuarteto de jugones de la medular con Mikel Vesga y Dani García como pareja de corte más defensivo a la espera de ver qué sucede con futbolistas como Vencedor o Zarraga. Pero eso será a medio plazo. Mañana, el Athletic deberá emplearse a fondo para cortocircuitar al mediocentro mallorquinista y lograr tres puntos fundamentales que le permitan seguir en la lucha por Europa.
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Porque, tanto con Luis García Plaza primero como con Javier Aguirre después, Ruiz de Galarreta se ha convertido en un jugador imprescindible. No fue de la partida la pasada jornada contra el Atlético en el Metropolitano por acumulación de tarjetas y el equipo se resintió. Y es que, aunque el goleador Muriqi y el también delantero Kang In Lee son las estrellas que más brillan, el centrocampista vasco es el faro que ilumina el camino, el hombre que da equilibrio a un sistema de bloque bajo como el que ha implantado el 'vasco' Aguirre. En ese ecosistema, Ruiz de Galarreta ha demostrado desenvolverse a las mil maravillas. La llegada al área desde segunda línea sea quizás uno de los apartados a mejorar –ningún gol esta temporada–.
Mejora defensiva
«Siempre se ofrece para dar salida al balón dejándose caer incluso a las bandas», apuntan desde Mallorca. Su incuestionable trascendencia en el juego de creación se ha visto acompañada además en las últimas campañas de una notable mejora en el apartado defensivo. De hecho, es el centrocampista bermellón que más balones recupera y eso ha llevado al técnico mallorquinista, sobre todo en los encuentros de casa, a renunciar a un pivote de contención situando junto al eibarrés a un mediocentro de corte más creativo como Manu Morlanes, llamado a ocupar su puesto cuando ponga rumbo a Bilbao este verano.
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Pese a que el futbolista vasco retornará a Bilbao en un momento dulce, la suerte no le ha acompañado demasiado durante su trayectoria. Las lesiones le han dejado fuera de combate durante casi dos años. En 2012, cuando militaba en el Bilbao Athletic, se rompió el ligamento de la rodilla izquierda jugando contra el Lleida. Reapareció 243 días después. Tras un periodo tan largo de inactividad, la entidad rojiblanca cerró en agosto de 2013 su cesión al Mirandés para que tuviera minutos. Necesitaba rodaje. Allí se convirtió en pieza clave del equipo hasta que en octubre de ese año volvió a romperse. Esta vez fue el ligamento de su rodilla derecha. Otros 217 días en el dique seco. Pese a las dudas sobre su rendimiento después de dos percancestan tan graves, consiguió remontar otra vez el vuelo.
La pasada campaña, la suerte le volvió a jugar una mala pasada con una tercera lesión importante –segunda en la rodilla derecha–. Fue en el Benito Villamarín. Y de nuevo resurgió futbolísticamente recuperándose además en tiempo récord. Tras 188 días de duro trabajo, regresó para convertirse otra vez en pieza clave de su equipo. Tenía claro que el Mallorca era el tren de su vida para asentarse en Primera y quizás la plataforma hacia cotas más altas, como así ha sido.
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Discreto y querido en el vestuario, desde que se ha sabido que tiene un compromiso con el Athletic Ruiz de Galarreta ha decidido aislarse y hablar sólo en el campo. Mañana en Son Moix muchas miradas estarán puestas en él. El Mallorca, en caso de victoria, puede sellar prácticamente la salvación matemática, mientras que los rojiblancos necesitan los tres puntos para seguir aspirando a Europa. Presente contra futuro para el eibarrés.
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